El juego de la seducción en una relación es muy importante, aunque no es lo principal, pero ayuda a mantener la llama de la pasión viva, especialmente si sientes que la convivencia de pareja se vuelve cada vez más monótona y sin emoción, esto es un indicativo de que se necesita cambiar algunos hábitos.
Para cautivar a tu compañero sólo necesitas un poco de imaginación que con práctica puedes llegar a dominar muy bien. Hay ciertos trucos que te ayudarán a ser una experta en la seducción, pero antes debes saber que lo principal es ser original, y dejar los complejos a un lado.
El juego de la seducción es un arte que se puede aprender y mejorar conociendo sus claves. Según la psicóloga de parejas Lisbeth González, en las relaciones de pareja hay diferentes factores que influyen y ayudan a que no se vuelva una rutina. Algunas tácticas con las que se puede jugar y aumentar la pasión son:
La mirada: Mantener el contacto visual puede ser una manera de expresar el interés por la otra persona.
La sonrisa: Marca los rasgos más importantes de la cara, y así la boca y los ojos aparecen ante el otro.
Gestos: La postura y los gestos son un medio básico de comunicación no verbal que muestran la disposición o no, de establecer una aproximación.
Seguridad y autoconfianza: Son factores básicos para mostrarse interesante ante la otra persona, ya que indican madurez.
Sentido del humor: Una actitud positiva ante la vida y el poder hacer reír a los demás, son aspectos muy valorados por cualquier persona.
Saber escuchar: Cuando se percibe que la otra persona se siente interesada por lo que se está diciendo, éste se ve como alguien cercano, atento e incluso agradable.
Paciencia: Hay que tener en cuenta que el juego de la seducción puede durar más tiempo del que se tenía pensado.
Otra cita: Si la persona se interesa, sería conveniente pedir el teléfono o quedar para otro día. Una nueva cita va a hacer que las dos personas se vayan conociendo.
La psicóloga recomienda, para llevar una buena relación de pareja, una buena comunicación, ya que es la clave de una relación sana y duradera en la cual ambos se sentirán en confianza, ayudándolos a manifestar sus inquietudes y disconformidades.