No podemos olvidarnos de que la mayoría de los niños que van a vivir con sus abuelos, han tenido una vida en condiciones menos ideales de lo normal. La mayoría de los chicos, llegan a vivir a la casa de los abuelos sólo después de haber sido descuidados, abandonados, e incluso abusados. No cuentan en la mayoría de los casos con la experiencia del amor paternal, ni tampoco con una férrea disciplina. Sin duda, les llevará tiempo alcanzar los modelos de comportamiento de sus abuelos, puesto que sus sistemas de autodefensa están sólidamente instaurados desde una edad muy temprana.
Como si las demandas propias de criar a un chico no fueran suficientes, muchos de nosotros tenemos el problema adicional de tratar con un chico enojado y fuera de control, que manifiesta esta conducta a raíz de la trágica experiencia que lo llevó a tener que vivir con nosotros.
Es natural que como abuelos nos sintamos enojados cuando estamos siendo lastimados en una cierta manera. Cuando tomamos como blanco la cólera que el niño siente debido a la conducta poco confiable de un padre, nuestra reacción normal es luchar contra esto y gritar "no es mi problema". Pero hacer esto no ayudará en nada a nuestros nietos, sino que puede hacer las cosas peores. Lo que cada abuelo y especialmente otros tutores necesitan recordar es que no fueron ellos quienes causaron estos problemas, pero que indefectiblemente deben ocuparse del comportamiento de los chicos, sin dejar que las emociones que ellos provocan, consigan detener el progreso de la relación.
Aunque ningún abuelo debe tolerar la falta de respeto, necesitamos saber que una expresión abierta de enojo no es en sí mismo algo irrespetuoso. El sólo hecho de que un chico demuestre cólera no significa que él o ella estén siendo irrespetuosos y no aprecien todo lo que usted hace por ellos. Significa simplemente que hay algo que produce que el niño esté confundido, enojado y trastornado. Dar una ayuda a un chico enojado, sin olvidarse de fijar ciertos límites, es la mejor manera de ayudarles a salir de su enojo y resentimiento.