El olor a muerte se vertió ayer, lunes, en Las Guías de Oriente, en Antón, provincia de Coclé.
Tres madres de familia murieron atropelladas cuando regresaban de la escuela de sus hijos: Yamilka Navas de Santana, de 34 años; Severiana Valdés, de 23 años; y Betzy Samudio, de 35 años, quien tenía siete meses de embarazo.
Las familias de cada una de las víctimas piden justicia.
ASI SUCEDIERON LOS HECHOS
A eso de las 8:30 a.m., las tres madres-dos caminando y una en bicicleta-regresaban de la escuela como todos los días. Habían ido a dejar a los niños. Ellas iban por la orilla de la carretera Interamericana cuando fueron sorprendidas por un vehículo.
Una de las que las acompañaba-con lágrimas-dijo que se salvó por milagro, pero que vio con horror cómo sus amigas eran arrolladas por el auto.
Un vehículo sedán Mitsubishi, con matrícula 499960, fue el que las arrolló y les causó la muerte instantánea, lo que provocó el enojo de los que salieron a ver y por casi acaban con la vida del conductor al que consideran irresponsable.
Las tres madres de familia de la comunidad de Las Guías, regresaban de la escuela Las Guías de Oriente, donde habían dejado a sus hijos, y aprovecharon para llevar el desayuno a los otros hijos que esperaban en la casa.
Según versiones extraoficiales, aparentemente el conductor se durmió, aunque testigos de los hechos aseguran que el sujeto abrazaba en ese momento, mientras conducía, a una mujer que lo acompañaba.
El conductor del vehículo está detenido.
LAS VICTIMAS
- Yamilka Navas de Santana tenía 34 años y dejó en orfandad a tres hijos.
- Severiana Valdés tenía 23 años. Ella era madre soltera. Tenía tres hijos.
- Betzy Samudio, de 35 años, estaba embarazada. Tenía siete meses. Ella tenía otros dos hijos que ahora están con su padre.
¡JUSTICIA!
Mientras el fiscal delegado de Coclé, Jorge Vega, realizaba el levantamiento de los cadáveres, la madre de Yamilka Navas lloraba desconsoladamente en una silla, en el patio de su casa.
Esa madre, ya de casi 70 años, no entiende porqué le quitaron a su hija más pequeña de los nueve que con esfuerzo y sacrificio, crió.
"El dolor de una madre es inexplicable", dijo entre sollozos la madre que también estaba centrada en que hay que hacer justicia porque ya nadie respeta a los pobres, y los conductores irresponsables acaban con la vida de los pobres y nadie hace nada.
El dolor era evidente en esa casa. La pequeña hija de Yamilka no hablaba. Tampoco lloraba, pero muy entristecida veía a su abuela, quien sólo decía que nadie le regresará a su hija.
De igual forma, las hermanas de esa joven sufren, pero no en silencio porque Sonia Navas dijo que ya está bueno de que en ese sector haya tantos muertos por falta de señalización y de la irresponsabilidad de los conductores que pasan a exceso de velocidad.
MAS DOLOR
En la casa de quincha de Betzy Samundio no había nadie. Todos estaban consolando a los dos hijos y al viudo. Ese humilde hombre que trabaja de manera eventual en la construcción, no sabe que hará sin su esposa, mientras que familiares y amigos coincidieron en que no tienen los recursos para el entierro.
Las tres familias son muy pobres, que trataban de salir adelante. No tienen dineros para pagar los entierros de esas dedicadas madres.
"Ahora, ¿quién nos llevará a la escuela?", preguntaba uno de los huérfanos aferrado a su padre.
ANTECEDENTES
Hace casi un año, en este mismo tramo, un vehículo atropelló a tres estudiantes que viajaban en bicicleta a comprar la cena. Además, hace dos años, otro señor fue atropellado en ese mismo sector, al que han denominado "E tramo de la muerte".