El primer ministro japonés, Yasuo Fukuda, anunció ayer su dimisión tras menos de un año en el cargo ante su imposibilidad de gobernar por el bloqueo opositor en el Senado, lo que abre un nuevo período de inestabilidad política en Japón.
En una rueda de prensa convocada a última hora de esta noche, Fukuda, de 72 años y cuyo mandato ha estado caracterizado por bajísimos niveles de popularidad, dijo que su renuncia es lo mejor para Japón y que su partido, el Liberal Demócrata (PLD), designará ahora a su futuro presidente y próximo jefe de Gobierno de Japón.
"Este era el mejor momento para evitar un vacío político", indicó Fukuda, que eligió este 1 de septiembre, inicio de un nuevo curso político, para su sorprendente anuncio, un mes después de cambiar a casi todo su Gobierno y días después de presentar un millonario paquete de medidas económicas. Fukuda admitió que los problemas parlamentarios le provocaron "muchos dolores de cabeza".