FAMILIA
Papa rechaza la clonación
Agencias
Internacionales
El papa Juan Pablo II describió la donación de órganos como "un acto de amor" y estableció una serie de lineamientos para los rápidos avances que promete el siglo XXI en materia de transplantes. Pero al mismo tiempo condenó la clonación humana como moralmente inaceptable. El Pontífice octogenario abandonó su residencia veraniega de Castel Gandolfo en las afueras de Roma para hablar ante un encuentro internacional de unos 5.000 especialistas en transplantes, un gesto que subrayó la importancia que el líder de los católicos asigna al tema. Juan Pablo alentó los transplantes y la donación de órganos, al decir ante el Congreso Internacional de Especialistas en Transplantes: "Es necesario instilar en el corazón de la gente, especialmente en el corazón de la generación joven, un genuino y profundo aprecio de la necesidad de amor fraternal, un amor que pueda encontrar expresión en la decisión de convertirse en un donante de órganos". Pero el mensaje fue más allá del mero estímulo cuando Juan Pablo enunció punto por punto la posición de la Iglesia sobre las cuestiones relacionadas con los transplantes: condena de la venta de órganos, · insistencia en el consentimiento consciente de ambas partes, · confirmación del cese completo de la actividad cerebral como manera aceptable para determinar la ocurrencia de la muerte. Al describir la donación de órganos como un "genuino acto de amor", dijo: "En consecuencia, cualquier procedimiento que tienda a comerciar con órganos humanos o a considerarlos como artículos de intercambio o comercio debe ser considerado como moralmente inaceptable". La decisión sobre a quién corresponde primero recibir un órgano sólo puede basarse en factores médicos, dijo Juan Pablo, no en la edad de una persona, el sexo, la raza, la religión, la posición social, la utilidad para la sociedad o cualquier otro criterio. Como se esperaba, Juan Pablo aprovechó la ocasión para subrayar la oposición de la Iglesia a la clonación humana. Lo hizo pocos días después de que Gran Bretaña tomara la iniciativa de permitir la clonación humana limitada con fines de investigación. Los expertos dicen que esas investigaciones podrían servir para desarrollar técnicas que permitan atacar una amplia gama de enfermedades. Pero la clonación se da de bruces contra la posición de la Iglesia en el sentido de que la única manera aceptable de crear vida humana es mediante la relación sexual de una pareja casada. "Los métodos que falten el respeto a la dignidad y el valor de la persona deben ser siempre evitados", dijo Juan Pablo. "Particularmente pienso en los intentos de clonación humana con vistas a obtener órganos para transplantes. Estas técnicas, en la medida en que suponen la manipulación y destrucción de embriones humanos, no son moralmente aceptables, aún cuando su declarado propósito sea bueno en sí mismo". Juan Pablo descartó también el uso de células embrionales, e indicó a los científicos que el empleo de células radicales adultas era un camino aceptable para la investigación. El firme apoyo del Papa a la donación de órganos probablemente habrá de tener impacto en los mil millones de católicos del mundo, al superar tradicionales ideas católicas acerca de la importancia de la integridad del cuerpo en la muerte. En Italia, esa preocupación se ha traducido en reticencia hacia la cremación y la donación de órganos.
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