La muerte le pasó cerquita a Juan Sánchez. Tres tiros le dieron en el cuello, pero ninguno le perforó las venas principales. Hoy está temeroso y recluido en el hospital regional Rafael Hernández.
Sánchez acusa a su suegra de pagarle a una persona para que-al estilo sicariato-lo matara, pero la mala puntería del pistolero no dio en el blanco.
Relató que él estaba en su residencia en Bágala, distrito de Boquerón, entre las 8: 30 y 9: 00 de la noche del martes. Vio a un hombre que caminaba y salió a ver los perros. El hombre regresó y sólo sintió los tres impactos. Recuerda que cayó al suelo y un vecino que se dio cuenta, inmediatamente lo llevó al cuarto de urgencias del hospital regional.
Sánchez, albañil, tiene dos impactos en el lado izquierdo del cuello y uno en la parte derecha. Una de las balas le atravesó de un lado a otro. Salió de peligro, pero no puede ingerir alimentos. Asegura que la misión era matarlo y acusa a su suegra del hecho, tras explicar que tiene una relación sentimental con una joven de 25 años, quien vive en Tierras Altas, y está embarazada.
"Yo reconocí la persona que venía caminando y pensé que iba a donde el vecino, y pensé que el camino es libre. Cuando me di cuenta, se paró en la oscuridad y me disparó".
Le piden a las autoridades que hagan justicia porque él está seguro que la joven lo ama demasiado, y a pesar de estos intentos de muerte, que es el segundo, ella no lo va a dejar.