La mayor redada de la historia de EE.UU. llevada a cabo mayormente contra latinoamericanos y cuya cifra de casi 600 podría aumentar, fue rechazada por grupos pro inmigrantes que la ven como una "ola de terror" contra los extranjeros y exigen una moratoria.
La redada se llevó a cabo este lunes en Laurel (Mississippi) contra Howard Industries, una fabricante de transmisores que emplea a más de 4,000 trabajadores en cuatro localidades del estado.
Ocho de los 595 detenidos, que cuentan con defensores públicos (abogados de oficio) comparecerán en una audiencia preliminar ante el juez federal Michael J. Parker bajo cargos criminales por el uso de documentos falsos.
Previamente, el martes, los ocho se presentaron ante el juez cabizbajos, vestidos con camisetas y pantalones vaqueros, esposados de manos, cintura y tobillos.
La Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) dijo inicialmente que los detenidos sumaron unos 350, pero revisó la cifra el martes a 595, casi el doble.
Cerca de un centenar de ellos fueron puestos en libertad por razones humanitarias, incluyendo mujeres con hijos pequeños que ahora portan dispositivos electrónicos para vigilar sus pasos.
Unos 475 detenidos fueron trasladados a una cárcel en Jena (Luisiana), y nueve, todos menores de 18 años, están bajo custodia de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados.
"La investigación continúa, este no es el fin, pero no creo que la cifra vaya a aumentar significativamente", dijo Bárbara González, una portavoz de ICE.Los detenidos incluyen a inmigrantes de Brasil, El Salvador, Alemania, Guatemala, Honduras, México, Panamá y Perú.