Faltan tres meses y días para conocer quién será el próximo presidente de Estados Unidos. El panorama se mantiene nublado: Barack Obama y John McCain, según encuestas, están virtualmente empatados.
¿Qué pasó con la popularidad del Obama que derrotó a Hillary Clinton, convirtiéndose en el primer candidato negro? Esta pregunta se la hacen los analistas políticos que consideran que la experiencia y los temas de seguridad que reafirma la campaña de Mc Clain están calando, claro sumado a la incertidumbre y el pesimismo que respira en el pueblo norteamericano.
La disputa por ser el presidente No. 44 del imperio más poderoso del mundo está dando luces de que no será nada fácil para los Demócratas que no han aprovechado la baja popularidad del actual presidente.
Si Obama desea hacer historia, debe replantear su estrategia porque la ventaja parece inclinarse para Mc Cain, un político nacido en la ex zona del Canal de Panamá.
En Estados Unidos es tradición que los Demócratas ganen con agendas sociales y económicas y los Republicanos con programas de seguridad nacional y valores familiares. He aquí la clave para que el equipo de Obama ajuste tuercas y engrase su nuevo accionar, pues de lo contrario no habrá tal historia.
Ambos candidatos han hecho su esfuerzo por ganar adeptos. Se han reunido con la comunidad hispana, con los cristianos evangélicos y han salido a dejar claro su política exterior visitando aliados importantes, pero falta más. El trabajo de cada bando debe enfocarse en la realidad del pueblo norteamericano que ve cierto escepticismo en el futuro ante la crisis económica que sienten.
Mientras en Panamá celebraremos el 4 de noviembre el Día de la Bandera, en Estados Unidos estarán escogiendo su nuevo líder ¿Obama o Mc Cain?