Evangelio Dominical
Mateo 16, 13-20
Los seres humanos tenemos fe en algo o en alguien pero no todos tenemos fe en Cristo, nuestro Redentor. Hoy su palabra nos invita a abrir nuestro corazón, llenarlo de sabiduría y fortaleza con el Espíritu Santo, convirtiéndonos en esa roca Viva, Crítica en Línea y firme donde se manifiesten claramente las actitudes y el buen ejemplo del Hijo de Dios, que vive entre nosotros y se manifiesta a través del servicio en busca del bien común.
La misión de ser los mejores administradores cuando reconocemos a Jesús
En el evangelio encontramos claramente dos preguntas fundamentales, ¿quién dice la gente que soy yo, y quién dicen ustedes que soy yo? Nadie llega a entender y comprender a Jesús sino mediante el compromiso con sus propuestas, que son las mismas del Padre: la justicia que hace surgir el reino de Dios en medio de nosotros. El reconocimiento no es fruto de especulación o de teorías sobre Él, sino de vivencias y prácticas concretas de personas que lo confiesan, como Pedro. Esta confesión es la que da forma, cuerpo y sentido a nuestra vida.
¿Qué significa ser cristiano? Es la prolongación de la acción de Cristo que promueve la justicia y la hace posible. El poder de Jesús es un proyecto que comunica vida, su práctica lo demuestra. Su nombre lo comprueba.
La invitación que nos hace nuestro buen Dios este domingo, es a descubrir quién es Jesús, dejarme empapar por su mensaje convirtiéndome en esa roca firme que da forma y sentido a mi vida, ya que en la manera en que abro mi corazón a Él, me va dando poder para atar las cosas buenas y desatar las cosas que no me dejan ser un buen cristiano. María santísima sea luz en nuestro caminar diario, ahora y por los siglos de los siglos. Amén.