"¿Ese es tu papá?" -preguntó a un periodista señalando a otro colega- la hija del agente de los linces Pascual Antonio Polanco Rovira quien falleció el pasado viernes, en Colón en un aparatoso accidente junto con otros dos compañeros de trabajo.
La infante de 2 años y 5 meses vestía un abrigo rojo, pantalón jeans azul y yacía sobre los brazos de su abuelo cubierta por la candidez que implica desconocer lo que significa perder un padre para el resto de su vida.
El padre de Polanco, del mismo nombre de su hijo mayor, explicó que a éste desde temprana edad le gustaba ganarse lo suyo, y prueba de ello es que aún cuando estudiaba en el colegio Melchor Lasso de la Vega -Arte y Oficio- donde se graduó, trabajaba como ayudante general de construcción.
El día del fatídico accidente, sus compañeros explicaron a sus padre que él estaba emocionado porque finalmente iba a firmar un préstamo para poder construir su casa en un terreno que había comprado. Pero la vida es como es y los planes quedaron truncados.
"Pascualito", como le decía la madre, era un joven amante al deporte y activo.
También a su cónyuge Anayansi Esther Jiménez la dejó con cuatro meses de embarazo situación que hace de esta historia una tragedia.
ERA UN HOMBRE DE FE
Los familiares de Pascual explicaron que éste para donde iba siempre llevaba consigo El Nuevo Testamento.