En algunas disciplinas deportivas de conjunto, pocas veces Panamá llega a una competencia a nivel de Mundial, por eso deberían llevarse equipos competitivos y con una adecuada preparación.
Lo sucedido en el Mundial de Baloncesto es un desastre. Un técnico argentino que justifica las derrotas aplastantes y ahora recurre a toda clase de excusas.
Panamá tenía dos décadas de no estar en un certamen de esa categoría, pero se improvisó un quinteto, se llega a pocas horas de iniciar la competencia y el fracaso no debe sorprender.
Miles de dólares destinó el Instituto Nacional de Deportes para ese equipo. Es plata de los panameños que pagan sus impuestos y que al final merecen una explicación de ese desperdicio.
Como siempre, los dirigentes locales se dejan deslumbrar por técnicos extranjeros que son expertos en cuentos, pero que a la hora de la hora, no obtienen resultados y sólo se llevan el dinero nuestro.
Igual sucedió con la selección de fútbol. La diferencia sólo fue la nacionalidad; el de ahora es argentino y el otro colombiano. Al final el resultado fue el mismo: cuento y excusas.
El INDE no debería entregar dinero a las Federaciones a la bulla de los cocos. Antes de cualquier desembolso se debe exigir la presentación de un plan sobre la preparación y fijarse metas mínimas, de lo contrario la plata de nuestros impuestos se está tirando en un barril sin fondo.