La psicología de masas es un fenómeno social tan destructivo, y tan sutil, que la mayoría de las veces pasa inadvertida.
Tal es el caso de lo que estamos viviendo hoy los panameños, en estos momentos, enfrentados como estamos con lo de los educadores, la ampliación del canal, la criminalidad, etc., todo ello creado especialmente para distraer la atención de la población con respecto del tema del Tratado de Libre Comercio (TLC), que nuestro gobierno aspira firmar con el gobierno del Sr. George W. Bush.
Con anterioridad a la reciente importación del arroz proveniente de Estados Unidos, los diferentes estamentos del Estado Panameño (léase CLICAC- y digo "clicac" porque todavía no me he aprendido el nuevo nombre -IMA, entre otros), levantaron una tremenda polvareda psicológica alrededor de un ficticio desabastecimiento de ese rubro, al punto que hasta hoy fue que los genios del gobierno descubrieron que a los panameños nos estaban metiendo "gato por liebre", con aquello de que el arroz de segunda lo comprábamos como de primera, y todo lo que sigue después de esto...
Lo cierto es que con toda esa alharaca de los B/.90.00 vs. los B/.190.00, y las confesiones de alcoba sobre el uso incorrecto de nuestro idioma dentro del marco del prefabricado referéndum, amén de lo del "Loco" Mosquera, y lo de Katie con su nueva versión del Himno Nacional, todo ello dio lugar a que el TLC -made in USA- fuera "zurrado" entre nosotros confundido con ese mar de sucesos... Y allí lo tenemos como muestra: un primer embarque de arroz gringo, con la amenaza -digo, la promesa -de un segundo embarque.
Así, con tratado o sin tratado, ya el TLC gringo-panameño está aquí, igualito como llegaron las privatizaciones a nuestro territorio... con sutileza, con demagogia, con sofismas, en fin, con descaro y con engaño.
¡Au Revoir!
