Bajo un sol radiante y muy contenta porque no estaba lloviendo, vimos a la señora Ilda María Sánchez, una vendedora de chicha que desde las 6: 00 de la mañana se ubica afuera de las instalaciones de la Lotería Nacional, en la parte de atrás, para refrescar a sus sedientos clientes.
Desde hace 8 años, Ilda se dedica a la venta de chichas de naranja con raspadura. La necesidad de trabajo la llevó a salir de casa e ingeniárselas debido a que el salario de su esposo no alcanzaba para cubrir los gastos del hogar. Con un poco de esfuerzo se equipó y montó su puesto.
Ilda cuenta que los días buenos para la venta son los lunes porque las personas asisten a la lotería a cambiar sus billetes premiados en el sorteo del domingo; los miércoles porque juega la lotería y los días muy soleados.
Comenta que cuando llueve y la venta no ha estado bien no le molesta invertir un poco más de su tiempo. "Si me tengo que quedar un par de horas más lo hago porque vale la pena el sacrificio que hago. Por lo menos debe salir para los estudios de mis hijos y la comida del día".
Ilda también prepara las conocidas ensaladas de mango.
ESPERANZAS
Ilda termina su jornada regularmente a las 2: 00 de la tarde para luego cumplir con los deberes del hogar. Ella no ha perdido la esperanza y lucha a brazo partido madrugando con entusiasmo, a la espera de otros días y de un futuro mejor para su familia. Anima a los desempleados a que salgan a buscar porque viendo televisión no les va a caer el dinero del cielo.