Si la economía entra en recesión, inmediatamente la Reserva Federal estadounidense baja las tasas de interés; pero en Latinoamérica, ocurre todo lo contrario: al primer síntoma de crisis, las tasas saltan por las nubes. La gente debe ajustarse el cinturón, mientras que en EE.UU. la idea es que el consumidor gaste cada día más.
Si usted vive en Latinoamérica y la economía comienza a tambalearse como ya es casi costumbre, entonces usted ya sabe que de ahora en más deberá ajustarse el cinturón, gastar menos y buscar la forma de obtener más ingresos. El gobierno le exigirá que cada día pague más por los bienes y servicios que le ofrece, los intereses bancarios se dispararán por las nubes, las tarjetas de crédito se volverán impagables y, en el mejor de los casos, podrá mantener su fuente de trabajo.
Si hay recesión, usted ya sabe que no podrá comprar más de lo necesario y, en muchos casos, la familia deberá "acostumbrarse" a un nuevo estilo de vida.
Sin embargo, si usted vive en Estados Unidos y afronta la misma recesión, la historia es otra. Si la economía entra en recesión, usted sabe que las cosas no funcionan de maravilla en materia económica, pero también sabe que de ahora en más, comprar casa, auto o cualquier otro elemento que forma parte del denominado "sueño americano", le será más fácil de alcanzar. ¿Cómo puede ser eso posible? Muy fácil, el presidente de la Reserva Federal (FED), Alan Greenspan, tiene bien claro que la única forma de poner nuevamente en marcha una economía débil, es a través de la reactivación del consumo. Y la mejor forma de hacerlo es bajando las tasas de interés.
Por suerte, Alan Greenspan no sigue los consejos de los expertos FMI ; mientras que los ministros de Economía de nuestros países se desviven por cumplir al pie de la letra con los mandatos del organismo.
Si las tasas de interés están bajas, usted tiene mayor acceso al crédito (tarjetas, préstamos bancarios para hipotecas, autos, etc, etc.) De esa forma, usted gastaría más, y no sólo usted como consumidor individual, sino todas las personas en el país, y no sólo las personas, también las empresas.
Si todos consumen más, la economía debe producir más y para eso se necesitaría el trabajo de muchos más para producir más bienes y servicios. |