Un aparente atentado suicida con explosivos en un autobús israelí en Jerusalén causó por lo menos 20 muertos y un centenar de heridos, entre ellos niños, según funcionarios de servicios médicos de Israel.
Minutos más tarde, una fuente del gobierno israelí dijo que Israel había congelado las conversaciones para la entrega a los palestinos del control de cuatro ciudades en Cisjordania.
Tanto como el grupo extremista Hamas como el Yihad Islámico reconocieron autoría del ataque suicida.
"Un suicida hizo explotar una bomba en el centro del autobús. Estamos hablando de una gran bomba y hay muchas víctimas. Tenemos más de 15 muertos", dijo el jefe de policía de Jerusalén Mickey Levy en Radio Israel.
Pero, un poco más tarde, el servicio israelí de ambulancias dijo que los muertos eran por lo menos 20.
La explosión devastó el autobús articulado en un barrio de judíos ultraortodoxos, esparciendo restos humanos y rompiendo ventanas en otro autobús que estaba al lado.
Se produjeron entonces escenas de carreras frenéticas de camilleros llevando víctimas a las ambulancias que habían acudido al lugar en medio de enorme confusión, gritos de dolor y llantos.
Estados Unidos condenó de inmediato el atentado, que arrojó más dudas sobre la llamada "hoja de ruta" hacia la paz auspiciada por Washington, y urgió a la Autoridad Palestina a que desmantele las redes terroristas.
SE ACABO LA TREGUA
"Este brutal ataque en Jerusalén es una prueba más de que la Autoridad Palestina debe adoptar pasos inmediatos para acabar de una vez por todas con la infraestructura terrorista en su territorio", dijo David Baker, un funcionario de la oficina del primer ministro israelí Ariel Sharon.
El portavoz del gobierno israelí, Avi Pazner, acusó el martes por la noche a la Autoridad Palestina de "no hacer absolutamente nada contra el terrorismo" tras el brutal atentado suicida. |