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 Domingo 20 de agosto de 2000


¿Por qué ellos son infieles?

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Miriam Vicenta Almanza
Crítica en Línea

Cuando se tiene una pareja, sale a flote el “egoísmo”, la exclusividad, la posesión y una serie de factores de pertenencia, entre ellas la fidelidad.

Pero… la infidelidad es una necesidad humana.

El fenómeno se da a partir de una relación de pareja y una de ellas “pone” sus ojos, pensamientos y otras cosas, en otra persona que no es su pareja.

Para la Dra. Rosa María Britton, escritora y médico, la infidelidad del hombre “no es nada nuevo”. Siempre ha estado presente en la sociedad y los latinoamericanos son dados a tener varias mujeres a la vez.

PERO, ¿POR QUE EL HOMBRE ES INFIEL?

Aunque esta es una situación ya no exclusiva del sexo masculino, este relato abordará la situación con el supuesto sexo fuerte: los hombres.

Ellos se defienden argumentando que buscan otras mujeres, que no son las suyas “por varios factores”.

José, de 29 años, estudiante de Administración de Empresas en la Universidad de Panamá y empleado de un banco local, dijo que Leithia, su novia, “ya no es la misma” que conoció hace un año y cuatro meses.

“A veces siento deseos de dejarla”, dijo con un gesto pensativo. Sin embargo, Leithia no es su única pareja. También está saliendo desde hace tres meses con Rosa María, pero ninguna de las dos lo sabe (dice él).

“Mira, yo creo que la mujer debe interesarse por mantener la relación. Ser siempre coqueta, atraernos como desde el primer día. Atendernos, conquistarnos para que nosotros estemos ahí y no busquemos por fuera nada”, dijo Luis Alberto, de 33 años y especialista en comunicaciones.

Juan José Bonilla, 35 años, conductor de colegiales, sostiene que “a veces el hombre es infiel porque busca nuevas aventuras sexuales, que su mujer de casa no le da”.

“A nosotros nos gusta que la mujer nos complazca en la cama y si la de casa no lo hace, pues necesitamos satisfacer nuestros deseos y por eso buscamos afuera una aventura”, añadió.

Agregó que “a veces la de asiento es muy peleona y no nos comprende”.

Sin embargo, “son excusas. El hombre siempre busca un pretexto para seguir su corriente”, dijo la Dra. Britton, y la situación es tan común en ciertos grupos sociales que ya se ha tomado como parte de la vida humana: el ser infiel. Se ha convertido en algo así como un resfriado. Es normal que se tenga.

Pero el problema de la infidelidad masculina va mucho más allá de una simple casi norma social. Se debe a “inmadurez social”, sostiene la Dra. Rosa María Britton.

“El sofoco por casarse muy temprano, lleva al aburrimiento rápido de la pareja y ello a la infidelidad”.

Es lógico que al casarse tan jóvenes, sin “haber disfrutado la vida”, se aburran porque desean experimentar otras cosas que no hicieron antes de unir sus vidas.

En Europa, por ejemplo, los matrimonios se dan después de los 30 años, cuando ya hombres y mujeres han realizado su vida profesional, han tenido la oportunidad de valorar actitudes, salir, divertirse y desean “sentar cabeza” para formar una familia.

Empero, la infidelidad no se da sólo en los matrimonios, sino también en los noviazgos, luego ¿por qué el hombre tiene que tener otra pareja?

“Para reafirmar su masculinidad ante la sociedad”, espetó Xiomara Herón, profesora de inglés. “El hombre necesita que la sociedad lo vea como un hombre y cree que ello lo consigue teniendo mayor cantidad de mujeres”.

En Panamá, el sector femenino pareciera “comprender” hasta cierto punto la infidelidad masculina cuando ésta forma parte de un hogar.

“Una mujer casada tiene muchas responsabilidades: atender la casa, los hijos, trabajar en la calle (en algunos casos) y cuando llega a su casa cansada, no tiene tiempo para atender al hombre”, defienden unas.

“La mujer descuida su físico. Cuando llega a casa del trabajo se pone esos batones ‘horribles’, anda despeinada, grita… y ¡pobre hombre!, busca a la ‘otra’ que no hace nada y se la pasa arreglándose para atender ‘a su papacito’ con cariñitos y demás”, dijo Virginia, profesional de la educación.

Un consejo para las mujeres dado por Yanina De Gracia, con diecisiete años de casada “sin una infidelidad”, según aseguró, es “aprender a dividir su tiempo entre el trabajo, la casa, los hijos y su esposo”.

Ellos continúan insistiendo y justificando que son infieles “porque ‘necesitan’ ser comprendidos, complacidos…”, “porque la otra le da lo que la primera no; porque necesitan desahogar sus deseos sexuales; porque son hombres y no se pueden resistir a los encantos femeninos; porque…”, la lista es interminable.

Empero, ¿si no son conformes con la primera, por qué no la dejan?.

“¡Ah, porque la amamos!”.

 

 

 

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Para la Dra. Rosa María Britton, escritora y médico, la infidelidad del hombre “no es nada nuevo”. Siempre ha estado presente en la sociedad y los latinoamericanos son dados a tener varias mujeres a la vez.

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