Decirle quiénes huyeron antes de su refugio en la curia, y quiénes lo negaron antes y después del canto del gallo, ¿para qué? Si casi todos viven en la Zona. Más bien sepa que la historia sincera de Panamá, registra dos regresos de presidentes derrocados y el retorno de un general (A. Arias 1941, 1951 y O. Torrijos 1970).
Cualquier vaina sería mejor que lo que nos mantiene en este caldero de inseguridad, muertes, desorden, falta de autoridad y 50% de pobreza. Con la Guardia el pueblo comía mucha caca, esta gente ¡nos la quitó!. Si regresa, dele valor al Renacer, comience la revuelta, en fin, que un solo delincuente mande, no varios en cada boca calle como hemos quedado.
Esta percepción emerge totalmente de un sueño que tuvo un comensal del Boulevard Balboa con el ex teniente Saldaña (alias Superman), quien le contaba al señor Noriega lo acontecido en su ausencia, yo solamente cumplo contándolo más adelante.
Los crímenes suyos son veleidades comparados con el proyecto de sumisión total hacia la plata, iniciado por lo más retrógrado de cada partido político y conducido a términos desgraciados por sus sucesores. La corrupción política, económica, social y moral del país, han llegado a dimensiones de escándalo babilónico.
Advertí al soñador de las excepciones (la maravillosa demostración de responsabilidad y amor patrio en el caso de la renuncia del ministro de Estado L. Cortizo Cohen), y continuó el sueño. General, si en la dictadura, moría un niño menor de un año cada tres días, hoy enterramos hasta tres cada 24 horas ¡y a nadie le importa un carajo!
(Continuará)