Algunos alumnos graduandos de Periodismo se rieron al escuchar el examen de esa noche. "Hagan un análisis y comenten la siguiente frase: "La victoria tiene muchos padres... la derrota es ¡huérfana!" Pero luego de meditar unos segundos, comprendieron el propósito del ejercicio.
Habían pasado pocas horas de las elecciones presidenciales. Por eso la frase tenía enorme importancia. Sobre todo, porque la Mandataria no quiso asumir su responsabilidad en el descalabro del gobierno en las elecciones.
Y es que cuando se gana todos están contentos. Incluso algunos que dudaban del triunfo se unirán al carro del ganador.
Todo lo contrario ocurre en el bando perdedor. Hay que tener "mucho estómago" para aceptar el fracaso. Y mucho más, hacerse responsable de la derrota.
Pero no se puede ocultar la realidad. En el bando perdedor tendrán que ocurrir ajustes. Generalmente él, ella, o los responsables del fracaso desaparecerán de los cargos importantes.
Esto es lo que debe ocurrir con el Arnulfismo, MOLIRENA y Liberal.
Claro que los dirigentes tienen poder e influencia y algunos seguidores les temen. Sin embargo, la derrota le puede dar valor a más de uno que actuaba antes con moderación.
He sabido que el Ing. Víctor Juliao (conocido por algunos como "Puente Roto", porque no lo pueden pasar), aspira a dirigir su partido en reemplazo de la Doña.
Aunque critiqué la labor de este personaje en los Ministerios de Economía y Finanzas, creo que tiene todo el derecho de querer darle nuevo rumbo al arnulfismo. (¿Se hundirán estos planes por perder visa de Estados Unidos?). Por más que el Licdo. Martín haya conseguido una masiva votación, eso no significa que tiene una "patente de corso" para hacer lo que le da la gana en el gobierno... Lo que señalo para el Arnulfismo también debe suceder en el MOLIRENA y el Liberal, que en realidad dieron un pobre espectáculo como organizaciones dizque populares. Eso no es hacer "leña del árbol caído" ni venganza. Simplemente es aceptar que la derrota electoral tuvo su padre... y su ¡madre!