Con todo ese sentimiento nacionalista a flor de piel y la ilusión puesta en el mundial de Alemania 2006, saldremos esta noche a la cancha del estadio Cuscatlán para enfrentar al local El Salvador.
Es un sueño de esperanza que comienza por octava vez. Panamá ha participado en siete anteriores eliminatorias con resultados desfavorables y con eliminaciones en instancias preliminares. De hecho, nunca hemos avanzado a una fase final de la CONCACAF.
A El Salvador nos hemos enfrentado en seis oportunidades en eliminatorias mundialistas. La primera de ellas fue el 2 de mayo de 1976 rumbo al mundial de Argentina 1978, en el Estadio Revolución (hoy Rommel Fernández) en partido que terminó igualado a un gol. En el siguiente duelo disputado en el estadio Cuscatlán caímos 4-1.
La historia no cambió en la eliminatoria de 1980 camino a España 82, cuando perdimos en casa por 3-1 y luego en la visita nos llevamos una goleada de 4-1 ante el cuadro cuscatleco.
La última vez que nos enfrentamos con los salvadoreños en una eliminatoria mundialista fue camino al mundial de Francia 1998, en donde igualamos 1-1 en el Rommel Fernández y luego perdimos 3-2 en un peleado partido.
La historia dice que de seis enfrentamientos en eliminatorias ante El Salvador hemos empatado dos partidos y perdido cuatro, con saldo de 7 goles a favor y 16 en contra.
La historia no juega pero pesa, igual se puede empezar a cambiar. Hoy puede ser el día para hacerlo... no vamos a jugar ante El Salvador de hace ocho o veinte años, no. Al frente tenemos a un rival golpeado por los últimos resultados en contra y que bien podríamos tratar de rematar con un buen resultado de visita en el Cuscatlán de El Salvador. ¡Sí se puede!