Al ver a más de sesenta personas en el salón sentí algo de miedo. Entre ellos reconocí a varios periodistas "famosos". Eso ocurrió un veintisiete de julio, hace cuarenta y cuatro años, al comenzar clases la escuela de Periodismo.
En la actualidad dicha escuela en la sede de la ciudad capital, con su próxima graduación completará un total de mil licenciados en Periodismo.
¿Dónde están esos periodistas? Por todos lados. Algunos ejerciendo el oficio de manera exitosa. Otros haciendo actividades particulares alejadas de esa profesión. Algunos... ya fallecieron.
Lo cierto es que en estos años el periodismo en Panamá ha cambiado bastante. Y no solamente en el aspecto físico con moderna tecnología, sino en la forma de presentar los hechos noticiosos.
Es cierto que hay personas que no gustan de algunas formas de hacer periodismo en Panamá. Pero eso significa que existe libertad de expresión.
Cada persona tiene la libertad de leer, ver y escuchar lo que más le gusta.
Mucho panameños gustan del sensacionalismo, la noticia de suceso (llamada crónica roja). A otros no.
Conozco personas que no pueden leer ni escuchar de política. Sin embargo, también hay panameños que consumen con deleite este tipo de material.
Una vez un directivo de un periódico se quejó de los que hemos estudiado Periodismo a nivel universitario.
Dijo que "lo malo de ustedes es que siempre están hablando de la ética y objetividad". Yo le agregué que también de los sueldos.
Y reído le dije que en la Universidad se insiste desde primer año, que el periodista debe ser honesto en su trabajo.
Claro que hay manzanas podridas en esta y otras profesiones. Incluso en la misma Iglesia se han descubierto elementos que deshonran el sacerdocio.
A veces ejercer el periodismo es caminar todos los días por un camino lleno de tentaciones malsanas.
Algunos políticos quieren manipular a periodistas para que los beneficien.
Cuando combatimos la corrupción y la tracalería, claro que ¡los sinvergüenzas protestan!
En términos generales, la escuela de Periodismo está cumpliendo su tarea...¡a veces contra viento y marea!
