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La economía alemana se estancó en el segundo trimestre de este año y no creció respecto a los tres meses anteriores, según el boletín de agosto del Bundesbank, publicado ayer. El Bundesbank afirma que el Producto Interior Bruto (PIB) alemán se mantuvo entre abril y junio sin cambios respecto al trimestre precedente, aunque respecto al segundo trimestre de 2000 creció un uno por ciento.
El banco emisor germano responsabilizó de la situación a la debilidad de la demanda interna para productos industriales y destacó que la ralentización económica se ha hecho notar en el mercado de trabajo.
Sin embargo, el informe rechaza que Alemania se encuentre al borde de una recesión y añadió que tanto la demanda de los consumidores, como la construcción y las manufacturas están mostrando "signos de estabilización". El Bundesbank aprecia también una mejora en las perspectivas de la economía mundial y destaca que desde principios de junio el precio del crudo ha descendido.
Además, en Europa occidental han disminuido "los efectos extraordinarios sobre los precios de los alimentos", en relación a las crisis de las vacas locas y la fiebre aftosa. Sin embargo, la entidad afirma que no se apreciará una recuperación duradera hasta que la economía estadounidense recupere su vitalidad, algo que, según el Bundesbank, no comenzará a notarse hasta el próximo otoño. |
