Domingo 16 de agosto de 1998

 








 

 

 

 


Residentes de San Felipe gestionan préstamos para comprar casas y evitar desalojos

Jean Marcel Chéry
Crítica en Línea

Los 20 mil residentes de San Felipe ya están resignados a su desalojo. La última posibilidad de poder quedarse en el barrio histórico es que alguna institución bancaria financiara la restauración y compra de sus residencias para convertirlas en prometedores negocios-viviendas.

Inicialmente se pensó en que las familias que residían en cada caserón se organizaran para pedir un "préstamo colectivo" y así poder mantenerse en el "Casco Viejo", ahora como residentes y empresarios. Pero los montos de estos préstamos rebasarían con facilidad los 300 mil dólares y los moradores de San Felipe son, en su mayoría, muy pobres, que sólo son objetos de créditos para las pequeñas abarroterías del área, donde piden mercancía fiada.

Algunas familias ya han optado por aceptar la propuesta del Ministerio de Vivienda (MIVI) y decidieron trasladarse a pequeños apartamentos en El Chorrillo o a modestas casa de Arraiján.

Sin embargo, la mayoría de las 3,500 familias del Casco Viejo esperan que esta semana inicien las negociaciones con las autoridades del MIVI y de la Autoridad de la Región Interoceánica (ARI) en un intento de conseguir un globo de terreno en la base estadounidense de Howard, actualmente utilizada para prácticas de paracaidismo.

El presidente de la Coordinadora Provivienda de San Felipe, José Araúz, reconoció que es casi imposible permanecer en el lugar. "Ya no tenemos ninguna oportunidad, porque somos pobres y pronto seremos desalojado sin reparo por el MIVI y los dueños de las casas".

Araúz dijo ayer que el pueblo de San Felipe "está a merced de los inversionistas millonarios que quieren sacar a los pobres del Casco Viejo como un trapo sucio". "Son pocas las casas que no han sido vendidas a los ricos y nosotros estamos descartados para poder comprarlas", sostuvo. La Inmobiliaria San Felipe casi se ha apoderado de todo el lugar, destacó.

"Podríamos haber comprado las casas si nos hubieran presentado precios accesibles, pero el costo de las viviendas se han multiplicado por diez. El costo promedio de las propiedades es de unos mil dólares por metro cuadrado y es casi imposible que nosotros podamos conseguir tanto dinero", dijo Araúz.

"No hay banco ni institución financiera que preste estas sumas a nosotros los pobres, aunque la recuperación del préstamo sea segura y rápida", agregó el vocero de la comunidad de San Felipe.

Los moradores explicaron que trataron de gestionar préstamos con varias instituciones bancarias, pero ninguna se atreve a financiar sus proyectos.

Agregaron que diferentes bancos financian proyectos de gente con pocos recursos, pero los límites de préstamos oscilan entre mil y cinco mil balboas.

Antes de empacar sus maletas, los residentes de San Felipe se reunirán al medio día de hoy detrás de la Iglesia Catedral para elaborar la última propuesta que presentarán al MIVI y la ARI.

 

 

 

 

 


 

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