EDITORIAL
¿Quién audita a los auditores?
Durante los años de la dictadura en que los militares y el PRD llevaron al país a una bancarrota fiscal, nunca se investigó ni procesó a algún auditor interno o de la Contraloría General de la República. A pesar del desastre financiero de la época castrense, muchos auditores han permanecido en sus puestos sin que nadie los audite o investigue si su trabajo está bien hecho o si hay una sombra de complicidad en las instituciones públicas donde han trabajado. Los auditores tienen algo de responsabildad en los peculados que se cometieron durante la tiranía, aunque hay honrosas excepciones porque algunos han laborado con probidad y eficiencia. Los auditores de la Contraloría y los internos de cada institución son vistos y ellos actúan como policías, siempre pensando en encontrar alguna anomalía o algún faltante para proceder a sancionar al presunto culpable. Estos funcionarios pierden la ecuanimidad porque su trabajo es fiscalizar los fondos públicos y no intimidar a los servidores del Estado. Sería oportuno que el nuevo gobierno hiciera una evaluación de estos auditores que presumen ser intocables por sus atribuciones. El auditor está para orientar y para que se haga el mejor uso de los dineros del Estado de acuerdo al presupuesto establecido. Pero muchos han equivocado su posición y se creen que son los gendarmes y verdugos de las instituciones públicas. El nuevo contralor debe hacer un ejercicio de auditar a estos funcionarios, incluso los que tienen buena cantidad de años al servicio de la institución. Es evidente el privilegio de juzgar unilateralmente y que nadie levante cargos contra esos fiscalizadores. La inquietud surge porque a medida que pasa el tiempo algunos auditores se vuelven arrogantes y prepotentes, y ponen muchos escollos, con desplantes y amenaza, lo que afecta la buena administración de un Ministerio o entidad autónoma. Opinamos que los auditores deben cambiar de actitud. Y el nuevo contralor debe exigirle respeto a los otros funcionarios que también cumplen con sus deberes. En la medida que eso se haga y depuren los auditores soberbios que creen encontrar dolo donde no lo hay, será más eficiente el gobierno libre de la intimidación de estos señores que hay que investigarlos por sus actuaciones anteriores del período oscurantista de los 21 años de dictadura y que siguen a flote con la democracia.
PUNTO CRITICO |
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