EDITORIAL
Aumento de penas
Los estamentos de seguridad fueron convocados ayer para analizar el tema de la criminalidad que registra un notable incremento, sobre todo en las provincias de Panamá y Colón.
La cúpula de la Fuerza Pública, del Consejo de Seguridad y de otros estamentos, se reunió con el titular del Ministerio de Gobierno y Justicia, para debatir la situación.
De salida se planteó la necesidad de aplicarle el peso de la ley a los menores asesinos, tomando en cuenta que son éstos, los principales involucrados en hechos de sangre que han llenado de luto a hogares panameños.
Las estadísticas revelan que jovencitos de entre 15 y 17 años matan sin asco, para cometer asaltos a taxistas o son contratados como sicarios. Las penas mínimas que pagan esos asesinos, hacen que éstos no sientan el mínimo respeto por las leyes y la justicia.
Además se contempla incrementar de 30 ó 40 años de prisión, las penas por arrebatarle la vida a los policías u otros funcionarios ejecutores de las leyes. Ya son decenas los agentes de la Fuerza Pública, que han caído en cumplimiento del deber.
Sin duda que el asesinato del jefe de Aduanas de Colón, también ha motivado esta iniciativa, para hacer más fuertes las penas contra los homicidas.
Las propuestas deben ser aprobadas primero por el Consejo de Gabinete y luego por la Asamblea Legislativa. Ojalá que la preocupación generada sobre la actual criminalidad no disminuya y las propuestas no queden archivadas en los despachos de las oficinas públicas.
Para muchos, además de reforzar las penas se debe transformar el Sistema Penitenciario del país, ya que salvo la cárcel de El Renacer, los demás centros de reclusión no cumplen su labor de resocialización de los reclusos y más bien se convierten en universidades del delito.
En las cárceles, los detenidos viven un permanente hacinamiento. La mayoría de los reclusos viven dentro de una pequeña celda las 24 horas del día, haciendo sus necesidades físicas frente a sus compañeros. Para esta gente son pocos o no existen programas para prepararlos en un oficio para no convertirse en una carga, cuando salga de prisión.
También se debe dotar a los estamentos de seguridad de tecnología moderna para enfrentar a los delincuentes. Más que personal, la Policía y la PTJ requiere de la logística necesaria para cumplir su labor.
Además los encargados de la Fuerza Pública y el personal bajo su mando, deben tener más mística en el ejercicio de sus labores. Claro que hay limitaciones de presupuesto, pero muchos cosas se pueden hacer, sin que se requieran gastos adicionales. Esperamos que de los planes analizados ayer, surjan propuestas concretas, que contribuya a reducir la criminalidad, que hoy mantiene asustados a todos los panameños.
PUNTO CRITICO |
 |
|