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Cuando se vendió la idea de privatizar los servicios públicos, se promovió que ello significaba dotar estos servicios de una eficiencia que carecían, no obstante a un par de años de efectuado el proceso, los panameños miramos con mucha duda, que el fin primordial vendido como promoción, en muchos aspectos, ha significado una marcada eficiencia en los beneficios que alcanzan las empresas, en perjuicio del costo social que significó el despido de gran parte del personal, que hoy son parte de un grupo compacto de desempleados, para mencionar uno solo de los aspectos negativos.
Por otra parte, como hecho notorio, hace unos días un periodista, denunció, que miles de recibos no habían sido entregados por la empresa de telefonía, en perjuicio de los usuarios, que tendrán que asumir los perjuicios, que ello conlleva, como lo son corte del servicio, reconexión, etc., por el pago atrasado del mal servicio.
Para cualquier panameño, hacer una llamada desde un teléfono público, significa una pérdida de tiempo, si hablamos de monederos, pues los de tarjetas, aún hay alguna esperanza, ya que como se publica a cada momento estas máquinas son objeto de una masiva actividad vandálica, en mayor parte por los lugares donde son instalados; la falta de reparación, la falta de recolección del dinero a tiempo, que incita a los delincuentes al robo; y por último la cantidad de atracos que estas máquinas cometen con miles de usuarios, lo que nos induce a pensar que el propósito de ello es generalizar el uso solamente de tarjetas para las llamadas, lo que significa pagar por adelantado un servicio antes de recibirlo, quizás se compense con ello el personal que fue reducido.
Es innumerable la lista de señalamientos que el pueblo hace del servicio con gran cantidad de reclamos, que cuando eran estatales las empresas, era una ilusión, lo que hoy no ha cambiado en la práctica, por el tiempo que se pierde entre el trámite con la empresa y el Ente Regular, por lo que alguien hace unos días me dijo como el chiste de Pepito: "Hasta el otro año maestra".
Qué puede decir la empresa de comercialización y distribución de energía eléctrica, cuando el IRHE, para la solicitud de servicio los resolvía en unos días o semanas y hoy, demoran 90 días hábiles, a 15 minutos de David, lo que amerita que en otra ocasión le dediquemos unas cuantas líneas. |
