Tener sexo es parte indispensable en la vida de toda pareja; sin embargo, existen personas a las que eso no les va ni les viene, pero no es que tengan algún problema, sino que la cantidad de responsabilidades gana terreno sobre el deseo y la pasión.
Tener sexo es una experiencia rica, más si se incluyen actos y juegos que encienden, aunque muchos no lo piensen, la pasión sin medida y que dura todo el tiempo que demora el precalentamiento, el calentamiento y el orgasmo que se logra en conjunto.
Llegar a éste parece difícil, pero no. Hace poco veía una película en la que se experimentaba el sexo sin tocarse, y aunque muchos no crean en este, es bastante tentador. El hombre sólo tocaba a la chica con los pétalos de una rosa, ella se retorcía cual culebra en busca de su presa; después de unos minutos, sólo reía y mostraba ojos de satisfacción, él, supercomplacido..
Así como ellos lo hicieron, la experiencia se puede traer a la realidad, ¿qué se necesita? Curiosidad, deseo y delicadeza; los elementos: chocolate, vino, o sencillamente la yema de los dedos.
LIBERATE DE LA PENA
Y es que bien dicen los expertos, a la intimidad hay que ponerle sazón, eso de privarse o tener pena frente a la pareja es para principiante.
Por eso, si eres mujer, comienza a pasearte en ropa diminuta frente a tu pareja, verás cómo queda eléctrico, perdón, con ganas de sexo; por el contrario, si eres hombre, insinúa con la vista, tantea la mercancía, y verás que en "menos de lo que canta un gallo", estarán bajo las sábanas dándose besos, caricias y placer para llegar al coito.
Una reconocida especialista en sexualidad, con varios libros publicados sobre esta materia en 15 países, prioritariamente en Latinoamérica y España, acaba de publicar 69 Secretos imprescindibles para disfrutar del sexo. Te decimos cuáles son algunos de estos secretos:
INTELIGENCIA SEXUAL
Es saber disfrutar de la sexualidad en toda su plenitud, teniendo en cuenta que ésta se nutre de todas nuestras vivencias personales, de nuestro entorno afectivo, de las buenas y malas experiencias y de la cultura.
Cada persona es un mundo y no es lo mismo practicar sexo tras un día de trabajo agotador, que cuando la mujer se ha pasado la tarde en la peluquería y vuelve relajada. Tómenlo en cuenta, hombres; para ellos aplica igual.
LA MENTE INFLUYE
Muchas parejas creen que la sexualidad es como un "cajoncito", que se abre y estalla, sin darse cuenta de que nuestro verdadero órgano sexual está en la mente y que el sexo es un todo en donde están presentes los aspectos emocionales y psicológicos de las personas.
Ahora, si hay falta de deseo, hay que replantearse lo que está pasando globalmente en la pareja y, si todo funciona. Por eso, la importancia de estar siempre comunicados, aunque no coincidan en horas de llegada, siempre traten de comentarse lo bueno y lo malo.
EL SINDROME DE LA FALTA DE DESEO
Ahora que la mujer se ha liberado y puede planificar su sexualidad, hay un aumento del "síndrome de falta de deseo" en los hombres, mientras que ellas centran sus preguntas en cómo hacer que su pareja disfrute más y cómo estimularla mejor.
A partir de los 50-55 años, la mujer deja de tener la regla con la menopausia y es conveniente que el hombre vaya al urólogo para evitar problemas de próstata, con la llegada de la andropausia. Mujeres y hombres, recuerden que el deseo no tiene nada que ver con el descontrol hormonal, sino que está marcado por el cerebro y puede durar toda la vida. Además, la mujer puede acrecentar en esa época su libido al estar en el periodo más libre de su vida, ya que sabe que no se puede quedar embarazada.
Como se ha mencionado en otras ocasiones, si el sexo se pudiera hacer todos los días, sería magnífico, pero no existe, por lo menos en mi grupo de amistades y de compañeros de trabajo, nadie que haya confesado que siempre tiene intimidad, quizás porque no quieran parecer un superhéroe, o bueno, porque sencillamente nadie está obligado a hablar de su vida personal.
En fin, sea cual sea el caso, no hay reglas fijas sobre el sexo, se trata del deseo y de qué tanto "afecto" se quieran dar el hombre y la mujer. Todos los días hay que ofrecer algo distinto; sexo, lencería, caricias, posiciones; sólo es dejarse llevar de la pasión.