Es el baile de moda entre la juventud y como un adolescente promedio, Anthony Jair De Gracia Medrano también fue seducido por el contagioso ritmo del passa-passa.
Anthony, de 15 años, soñaba con bailar junto a su grupo, pero lastimosamente no podrá ser, porque ese estudiante del IV año en el Colegio Richard Neumann murió el pasado martes cuando un empresario de origen hindú le disparó argumentando que un grupo de jóvenes le iba a robar cuando en medio de un torrencial aguacero la camioneta se le quedó estancada en Santa Cruz, Curundú.
Eso fue enfáticamente negado por los familiares, amigos, profesores y vecinos del menor, quienes confirmaron que Anthony era un muchacho decente, estudioso y de buenas costumbres. Una calle de honor de sus compañeros de salón escoltó el féretro en capilla ardiente durante el funeral en la Basílica Don Bosco, en Calidonia, ayer, martes.
Minutos antes, en el patio de la vivienda del malogrado adolescente, sus compañeros de grupo le rindieron honor a su memoria haciendo lo que más les gustaba: bailar.
Las inseparables compañeras de baile "las zapatillas de passa-passa" no podían faltar y allí estaban engalando su ataúd.
En la homilía, el llamado a la paz, tolerancia y a que cese la violencia no podían faltar.
Culminado el acto religioso, el cortejo se trasladó al Cementerio Municipal de Juan Díaz, donde entre voladores y enormes bocinas que entonaban más melodías del ritmo passa-passa, los despojos mortales de Anthony dijieron hasta pronto a sus seres queridos.
Hechos
La tarde de la tragedia, llovía y hubo inundaciones. El extranjero dijo que le iban a robar y por eso le disparó al muchacho. Las autoridades deben investigar qué pasó.