Verdaderamente que saber leer y escribir es uno de los más grandes (si acaso no el único) privilegios que el hombre puede disfrutar... De hecho, gracias ese privilegio, me permito compartir con ustedes lo que sigue a continuación.
Caminaba por la peatonal como cualquier otro consumidor, buscando "ese algo" que no estaba contemplado en mi presupuesto, cuando fijé mi vista sobre el suéter de una persona que iba delante de mí... Dicho suéter tenía la siguiente leyenda (en inglés):
"Don't be on time, be early" ("...NO LLEGUES A TIEMPO...LLEGA TEMPRANO...")
Acto seguido, entré a una de las tantas fondas de comida rápida que abundan en el área para, sobre una taza de café (negro y caliente), meditar sobre aquella amonestación cívico-social. Y es que "llegar a tiempo" no es lo mismo que "llegar temprano", ya que cuando se llega a tiempo se llega cansado, sudado, con fatiga y 'rayando en la hora', lo cual no te permite "un respiro", a parte de que se corre el riesgo de una llamada de atención. En cambio, cuando se llega temprano ocurre todo lo contrario... Te sobra tiempo para "ver el periódico", o disfrutar de un desayuno ligero, o (y más importante todavía), tener tiempo suficiente para 'preparar tus cosas' antes de iniciar tu nueva jornada.
En fin, llegar temprano marca la diferencia entre tener o no suficiente tiempo para no verse uno enredado en medio de una confusa y desesperante situación de incertidumbre.
Verdaderamente que, saber leer y escribir es el mejor regalo que se le puede hacer a uno que no sabe. Convirtámonos, pues, cada uno de nosotros, en un alfabetizador voluntario, ya que la satisfacción de enseñar a leer y escribir al que no sabe, nos llena de una inenarrable emoción.
¡ Au Revo ir !