El Real Madrid cerró la primera fase de la pretemporada con triunfo bajo un aguacero ante la Reggina italiana (1-0), que sirvió para que Fabio Capello encontrase un patrón de juego bajo un 4-3-3 como sistema, en una notable primera mitad y una segunda para olvidar.
Capello comienza a recoger el fruto de un duro trabajo de pretemporada. El Real Madrid ofreció en la primera mitad su mejor cara, con el trabajo físico y táctico más asimilado. Modificando de forma radical la imagen de la pasada campaña, se adueñó del balón, presionó, jugó con verticalidad y con una movilidad entres tres delanteros que concedió ocasiones en minutos de brillantez.
La movilidad del "tridente" ofensivo mostraba la mejor faceta de Cassano. Hábil hasta en las peores condiciones del terreno y con una visión del pase entre líneas que comienza a explotar habitualmente. De él nació la jugada del gol, con pase a Raúl que remachaba a placer en su primer tanto de pretemporada, tras dejar pasar el balón por debajo de las piernas y recibir de primera la pared perfecta con Guti.