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Para muchas parejas el sexo oral es muy común e imprescindible  |
Conforme pasa el tiempo, poco a poco suma más simpatizantes. Practicado con responsabilidad, el sexo oral muy íntimo, sensual y erótico proporciona un gran placer. La boca con su calidez, humedad y textura estimula de manera muy diferente y en forma eficaz todas las fibras nerviosas de los genitales. Entran en acción tres suaves, delicadas y fuertes herramientas: los labios, la lengua y los dientes.
No obstante que para muchas parejas el sexo oral es muy común e imprescindible por el placer que les produce, para otras es una práctica que genera aversión y es fuente de conflictos. Una de las afirmaciones más utilizadas es que les da "asco", en virtud de que una parte de las funciones de los genitales es secretora. Otra de las negativas nace de la creencia de que a través del contacto bucogenital existe la posibilidad de contraer infecciones y enfermedades. En ambos casos, el aseo personal y la fidelidad mutua, conjugados con una buena salud, echan por tierras esos argumentos. También hay que aclarar que ninguna persona está obligada a participar en esta actividad.
Ahora bien, con respecto a las enfermedades de transmisión sexual, más vale tomar algunas precauciones, sobre todo si alguno o ambos han tenido prácticas sexuales sin protección y no se han realizado pruebas para detectar el VIH. Si es tu caso, utiliza para el sexo oral un condón sin lubricante. En el mercado los hay muy delgados y seguros. A tu compañera le puedes poner un suave plástico, como los que usan en el supermercado para envolver alimentos, encima de sus genitales. Pídeles a ella que con sus manos abra el canal vaginal, mientras tú colocas este material. Lo poco que se pierde en sensibilidad, se gana en seguridad, y eso es lo más importante.
Si no hay inconvenientes mutuos, comienza la sesión. Acomódate frente a las piernas abiertas de tu compañera. Inicia la estimulación desde los pies, luego la cara anterior de los muslos y sube al perineo. Antes de que haya contacto con los genitales tal vez puedas soplar suavemente, con la humedad de la vagina la sensación será excitante. Recorre delicadamente los labios mayores, enseguida los menores, los movimientos de la lengua que sean de izquierda a derecha y de abajo hacia arriba. Posteriormente, disfruta el clítoris, succionándolo con delicadeza. Dedícate cierto tiempo también a los labios y de vez en cuando introduce la lengua en la vagina. Ten cuidado de no dañar el tejido genital.
En cuanto a ti, sugiérele a tu compañera que inicie la estimulación por la cara interior de los muslos. Que recorra el perineo, y luego los testículos. Para empezar con el pene, debe tener cuidado al usar sus dientes, que los cubra con los labios.
Si prefieren la estimulación simultánea, pueden practicar la famosa postura del "69". Algunas personas opinan que esta estimulación mutua los excita más, pero otras indican que les resulta más difícil concentrarse en dar placer y recibirlo a la vez, y prefiere hacerlo por turnos. En fin, ponte de acuerdo con tu pareja, ya que ustedes tendrán siempre la última palabra.
El sexo oral ha vivido épocas de condenación, siendo a veces tipificado como una práctica aberrante, fruto de la mentalidad lasciva del hombre. Pero este comportamiento erótico no es exclusivo de los seres humanos. El estímulo oral de los genitales a una hembra es bastante común entre los primates y se dice que éstas responden con evidente placer. El estímulo del órgano del macho por las hembras, sin embargo, no está totalmente documentado. |
