En momentos en que converge una situación de encarecimiento del costo de la vida, y una multiplicación de las actividades delictivas y las operaciones relacionadas con drogas ilícitas, para muchos panameños humildes (y otros no tan humildes), resulta atractivo meterse en problemas sirviendo de mula para llevar narcóticos de un lado a otro, o guardar sustancias ilícitas y dinero sucio en sus casas.
Pero esto es un riesgo gigantesco. De hecho, es una soberana estupidez. Las consecuencias de estas actividades "turbias" las vemos todos los días en las noticias: van más de 150 ejecuciones en lo que va del año.
Las tentaciones de meterse en drogas o asaltar un local están cada vez más fuertes. Pero cuando se entra en este tipo de negocios, uno se encuentra con dos cosas: Primero, te estás relacionando con gente que -además de ser violenta- se encuentra en un estado constante de paranoia, por miedo que otros lo delaten con la policía. Y segundo, no siempre hay acuerdos entre los miembros de un grupo criminal sobre cómo debe repartirse un botín, lo que trae fricciones que al final pueden terminar en muerte.
En resumidas cuentas, la gente que se mete en negocios como estos solo piensa en su propio pellejo, y si el resto del mundo tiene que morir o ir preso para que ellos queden bien, no les temblará la mano en delatarlo, indisponerlo ante el resto de la banda, o sencillamente matarlo.
Sencillamente, no se puede confiar en la propia supervivencia cuando se está inmerso en el crimen organizado. Cuando las cosas comienzan mal, lo más probable es que también terminarán mal. Lo demás son excepciones a la regla.
Piénselo bien antes de meterse en problemas usted y su familia, porque en las cunetas de nuestro país están apareciendo gente que pensaron que la estaban "botando", y ahora yacen con la boca llena de moscas.