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CONSULTORIO MEDICO
Tratamientos del Fibroma

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Redacción
Crítica en Línea

Estimado Dr. Hiller: Hace muchos años que llevo sufriendo, especialmente durante la menstruación, dolores de fibroma cada vez más fuertes. Mi médico dice que dado que ya no quiero tener más hijos, una histerectomía es la mejor solución. ¿Hay otros remedios que estén a mi alcance ?

Estimado lector: La extirpación total del útero (histerectomía) es la única "cura" definitiva para el fibroma, si bien es cierto que hay otras soluciones. La extracción del fibroma del útero (miomectomía) se ha convertido progresivamente en una alternativa cada vez más elegida... incluso aunque no importe salvaguardar la función del útero para posteriores embarazos. También empieza a valorarse considerablemente la miolisis y una nueva técnica llamada embolización arterial uterina (EAU). Ambos procedimientos reducen el tamaño del fibroma sin cirugía.

Los fibromas uterinos, también llamado leiomiomas son los tumores más frecuentes en el aparato reproductor femenino. Crecen pegados a la capa muscular del útero llamada el miometrio, estos tumores benignos pueden ser tan pequeños como un guisante o tan grandes como un pomelo.

A pesar de que más de la mitad de las mujeres desarrollan fibromas, éstos normalmente no causan problemas y en la mayoría de los casos no necesitan tratamiento. Los síntomas más comunes del fibroma son: abundante hemorragia menstrual (menorragia); dolor o presión en el área pélvica, estreñimiento; deseos continuos de orinar y dolor de vientre. Los fibromas pueden afectar también a la fertilidad o causar abortos y nacimientos prematuros. Las complicaciones quizá impidan el nacimiento en condiciones normales.

La causa de los fibromas no está clara, pero los genes y los niveles de estrógenos juegan un papel muy importante. Los fibromas aumentan tras el comienzo de la menstruación y disminuyen cuando los niveles hormonales decaen con la menopausia o tras la administración de gonadotropina-agonista (GnRHa), una sustancia que impide la producción de estrógeno.

Tomado durante tres meses, el GnRHa disminuye el tamaño de los fibromas casi a la mitad, aunque cuando concluye la medicación del GnRHa, los fibromas pueden volver a adquirir su tamaño original. Una breve medicación de GnRHa antes de una histerectomía, miomectomía o miolisis, puede aliviar las dificultades que conllevan estas intervenciones, reduciendo las hemorragias en un 40%, permitiendo la utilización de técnicas que no precisen intervención y-/o combatiendo la anemia grave que suele darse antes del tratamiento. Aunque lo cierto es que las complicaciones asociadas a la menopausia, principalmente la descalcificación de los huesos, son mayores que las ventajas de un tratamiento de GnRHa de larga duración para controlar los fibromas.

La histerectomía extrae los fibromas al eliminar el tejido donde crecen. En los Estados Unidos, los fibromas son la causa de más de un tercio de las aproximadamente 600.000 histerectomías realizadas anualmente. Inconvenientes, el más evidente es la esterilidad, y desde luego relativamente una larga convalecencia, pérdida de las pequeñas cantidades de hormonas producidas por el útero y la posibilidad de un impacto psicológico negativo.

La miomectomía, en la cual sólo los fibromas son quirúrgicamente extirpados, no afecta a la fertilidad, aunque puede debilitar al útero. Lo cual puede provocar que algunas enfermas quizá necesiten que se les practiquen cesáreas en futuros partos. Cerca de 20.000 miomectomías son realizadas cada año en los Estados Unidos, y a pesar de que se logra en un 80% de los casos paliar la enfermedad, los fibromas pueden volver a aparecer; si dichos fibromas vuelven a ocasionar molestias conforme a los síntomas ya descritos se necesitarán nuevos tratamientos.

Tradicionalmente, tanto en las histerectomías como en las miomectomías, el útero debe ser intervenido mediante una incisión abdominal. Las histerectomías también pueden ser practicadas a través de una incisión vaginal o con un instrumento metálico llamado laparoscopio que es introducido a través de un pequeño corte en el abdomen. Las miomectomías también pueden practicarse laparoscópicamente o con un instrumento similar llamado histeroscopio que llega hasta el útero a través de la vagina, sin necesidad por tanto de incisión. Estas técnicas que no necesitan incisión no siempre están disponibles, ya que necesitan de una infraestructura técnica más compleja, aunque utilizarlas reduce en gran medida la permanencia en el hospital, la recuperación, el dolor y las cicatrices quirúrgicas más visibles.

La miolísis, en la cual una corriente eléctrica altera el flujo sanguíneo y extermina las células dentro de los fibromas, puede eliminar los fibromas pequeños y hacer que disminuyan de un 10 a un 80% de su tamaño los más grandes. Sin embargo, la miolísis debilita al útero más que la miomectomía, por lo que los embarazos posteriores no son recomendables ante el riesgo de rompimiento del útero.

La nueva técnica, la embolización arterial uterina, ha sido utilizada durante los seis últimos años para tratar a cerca de 2,000 enfermas de fibroma. El porcentaje de éxito oscila entre un 78 y un 94%, y ha quedado más que demostrado que no vuelven a aparecer. Durante la EAU, un catéter es introducido dentro de una arteria de la pierna a través de un pequeño corte hecho en la ingle. El catéter se alimenta de la arteria y es dirigido con la ayuda de rayos-X haciendo creer a los vasos sanguíneos que están aportando sangre a los fibromas. Una vez que el catéter está colocado, unas pequeñas partículas son inyectadas a través del tubo, bloqueando el flujo sanguíneo hacia los fibromas. Las enfermas pueden ser dadas de alta el mismo día, aunque es recomendable pasar esa noche en el hospital para ayudar a controlar mejor los típicos calambres dolorosos que se producen tras el tratamiento. Las enfermas normalmente pueden volver a trabajar dentro de una semana con la EAU, y están totalmente restablecidas en un plazo de dos semanas.

La EAU ha sido relacionada con un 1 o un 2% de riesgo de menopausia prematura debido a que bloquean involuntariamente el flujo sanguíneo en los ovarios. El impacto de la EAU en la fertilidad no ha sido totalmente investigado. A pesar de que no se disponen de datos de un amplio periodo de tiempo, algunas enfermas se han quedado embarazadas tras el tratamiento, y otras embolizaciones uterinas han sido practicadas durante más de 20 años para controlar las hemorragias tras el parto sin que se hayan producido problemas importantes a largo plazo o efecto alguno sobre embarazos posteriores.

Una investigación sobre 61 mujeres con fibromas reveló que tres meses después de la EAU, el tamaño del fibroma había disminuido en un 51%; la menorragia se había reducido en un 89% de las enfermas, y el dolor y la presión sobre la pelvis había descendido notablemente también en un 89% de las mujeres sometidas a ese tratamiento. Las conclusiones de esta investigación de la Universidad de Georgetown fueron presentadas por el Dr. James Spies el 22 de marzo de 1999, en el 24° encuentro anual científico de la Sociedad Cardiovascular y de Intervención Radiológica (SCIVR) que tuvo lugar en Orlando, Florida.

Se están realizando grandes esfuerzos en el desarrollo de nuevas terapias mediante fármacos que puedan proporcionar una mejoría duradera para las enfermas de fibroma. Un fármaco llamado mifepristone parece ser prometedor, según se desprende de dos investigaciones menores que sugieren que pequeñas dosis pueden disminuir los fibromas sin la sensación de efectos secundarios de la menopausia que conlleva un tratamiento prolongado de GnRHa. Desafortunadamente, hay polémicas en torno al uso del mifepristone, también conocido como RU 486, como píldora abortiva y ello ha hecho que se restrinjan las investigaciones sobre su uso en el tratamiento de los fibromas y otras enfermedades. También se halla aún investigándose una medicina llamada pirdenidone, la cual quizá reúna condiciones para combatir los fibromas mediante una reducción química del crecimiento del fibroma. En suma, el GnRHa quizá sea todavía el mejor y más duradero método pues posibilita una medicación interminente o su combinación con otros fármacos.

La mejor solución para un tratamiento de los síntomas de los fibromas está en relación al tamaño y localización de los mismos, el deseo de mantenerse fértil, la gravedad y naturaleza de los síntomas, la habilidad de los médicos, la edad de las enfermas y la salud en general. Elegir un tratamiento también está en función con el tipo de seguro médico que se tenga y, por supuesto, con las preferencias de la enferma.

 

 

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La mejor solución para un tratamiento de los síntomas de los fibromas está en relación al tamaño y localización de los mismos, el deseo de mantenerse fértil, la gravedad y naturaleza de los síntomas, la habilidad de los médicos, la edad de las enfermas y la salud en general. Elegir un tratamiento también está en función con el tipo de seguro médico que se tenga y, por supuesto, con las preferencias de la enferma.

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