El paso de una etapa de la vida a otra siempre es difícil. Pero se ha puesto a pensar cómo será su relación con el resto del mundo cuando adquiera más edad.
Por lo general, los jóvenes buscan relacionarse entre sí para poder definir su personalidad o forma de conducirse. No hay que olvidar que los periodos de inquietud y mal humor, los acompañarán siempre.
Los cambios que se producen desde la pubertad ocurren de manera diferente en cada individuo.
Durante esta etapa, se crece y madura rápidamente. A los once años en las mujeres y a los trece en los varones se terminan de manifestar los cambios hormonales que comienzan años antes.
CADA UNO A SU RITMO
Puede ser útil recordar que cada adolescente se desarrolla a una velocidad diferente.
La primera menstruación para las chicas o el cambio de voz en los chicos son acontecimientos importantes y que pueden tener lugar en edades diferentes.
Todo este crecimiento y desarrollo requiere gran cantidad de energía, lo que podría ser la causa de que los adolescentes parezcan necesitar dormir más.
Por otro lado, los primeros desacuerdos suelen surgir cuando los adolescentes comienzan a desarrollar sus propios puntos de vista, que con frecuencia no son compartidos por sus padres.
Como forma de alcanzar un sentido de identidad diferente del de sus familiares, los adolescentes suelen pasar mucho tiempo en compañía de personas ajenas a la familia o hablando por teléfono con sus amistades.
En ese momento, los padres suelen sentirse rechazados, y en cierto sentido lo son. Pero este rechazo aparente es necesario para que el joven llegue a ser un adulto con una identidad propia. Aunque los enfrentamientos y discusiones sean frecuentes, los adolescentes suelen tener un alto concepto de sus padres.