CREO SER UN BUEN
CIUDADANO
Sin embargo, no enseño a los hermanos a quererse
Muy pocos padres propician entre sus hijos la devoción por la familia. No les enseñan el amor por sus hermanos, los cuidados que deben tener unos por los otros, ni el cariño especial que se deben. Los hermanos crecen juntos, pero como perfectos extraños, hasta odiándose en algunos casos. ¡Cuántos casos se conocen de hermanos que se han agredido físicamente, y hasta uno le ha quitado la vida al otro! La envidida, el rencor, la competencia salvaje y un egoismo primitivo caracterizan a muchas de nuestras familias. Hay que formar a los hijos en el amor, más allá del que propicia la sangre, sino el que pondera la fraternidad.
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