EDITORIAL
San Miguelito
Como una semilla mostaza, así de pequeño nace San Miguelito para convertirse en uno de los distritos de mayor población del país. Desde que fue creado como distrito, primero es especial en 1970, poco a poco se ha ganado el derecho de convertirse en un uno de los sectores con mayor crecimiento del país.
Hoy, en sus 32 años de fundación como distrito, se evidencian claros rasgos de que esa pujante población desea ir más allá, sobre todo por la necesidad de buscar fórmulas de escape a las carencias de empleo y de educación que requieren sus casi 300 mil habitantes.
Con la creación de nuevos corregimientos, la luz de esperanza se asoma por una rendija para llevar mucho más aporte económico gubernamental hacia focos específicos de atención, misma que debe dar en el blanco de la delincuencia, drogadicción y pobreza extrema de gente proveniente del interior, que ha adoptado a San Miguelito como nueva residencia.
A pesar de los problemas que golpean fuerte a este distrito, su componente, nutrido en su mayoría por interioranos dejan a un lado cualquier diferencia para encontrar los puntos de convergencia.
San Miguelito quiere crecer más. Su imponente hospital que lleva el nombre de San Miguel Arcángel y los nuevos centros comerciales, van dibujando una nueva imagen para el distrito.
Sin embargo hoy el distrito sufre un desempleo del 13 por ciento. No cuenta ni siquiera con un cementerio para sepultar a sus difuntos, la mayoría de sus barriadas surgen sin mayor planificación y sus calles no cuentan con aceras.
Paralelamente, el gobierno no desarrolla macroproyectos para uno de los sectores más poblados del país, que es clave para ganar o perder una campaña electoral. Al mismo tiempo, los nuevos residentes de San Miguelito parecen haber perdido la mística de los fundadores, que quizás contaron con el apoyo del conocido sacerdote estadounidense León Mahón.
Hoy la mayoría de sus líderes políticos, parecen haber olvidado el respaldo que les otorgó el pueblo. Pocas son las respuestas que se le brindan. Hay muchos sitios, donde se requieren paso elevados, aceras y otras facilidades, pero no se ven soluciones.
A pesar de los sinsabores y la perdida de la fe en la mayoría de los dirigentes, San Miguelito sabe que es un gigante y que la diferencia lo hace su población, que sólo requiere de las oportunidades, para forjar un mejor futuro individual y colectivo.
PUNTO CRITICO |
 |
|