Lograr consumir menos luz en el hogar es un trabajo que requiere actuar en distintos ámbitos. Aunque hay unos consejos puntuales para cada uno de los electrodomésticos, también existen una serie de recomendaciones generales que pueden aplicarse al uso de dichos aparatos.
El seguimiento de estas prácticas facilita lograr el difícil objetivo de que no se dispare el recibo de la luz. En concreto, son las siguientes:
Apague los electrodomésticos y desconecte los que no tienen interruptor cuando no se estén utilizando. Esto incluye los reguladores de voltaje. Apague los aparatos que producen calor antes de terminar de usarlos -plancha, tubos o pinzas para el cabello, parrillas, ollas eléctricas, calefactores- para aprovechar el calor acumulado. Mantenga siempre limpios los aparatos eléctricos, principalmente los de la cocina como es el caso del horno microondas, el tostador, el extractor... Conservarlos en buen estado prolonga su duración y reduce su consumo de energía. Utilice todos los aparatos eléctricos de acuerdo con las recomendaciones de uso, mantenimiento y seguridad que aconseja el fabricante. Revise cuidadosamente los electrodomésticos que al conectarse producen chispas o calientan el cable. No los use antes de resolver el problema. Desconecte los aparatos eléctricos desde la clavija, nunca jale el cable. Es importante mantener en buen estado tanto la clavija como el enchufe.
CÁLCULO DE LA ENERGÍA NECESARIA
La cantidad de energía que se consume en un hogar puede variar sustancialmente dependiendo de las distintas épocas del año, pero aún así, es conveniente hacer un cálculo aproximado de cuánto se gasta para tener una idea del consumo promedio mensual.
Si el uso de los electrodomésticos es básico, la energía consumida estará cercana a los tres kilovatios. Este consumo será el correspondiente a la luz, un calentador, el frigorífico y los pequeños electrodomésticos de uso cotidiano, como el secador, el radiocasete o la aspiradora.
Si además de estos aparatos nuestra instalación debe alimentar también a un lavaplatos, una lavadora y un horno eléctrico, el consumo medio aumentará hasta los seis kilovatios. Si utilizamos la cocina y el horno eléctrico a la vez, serán necesarios unos nueve kilovatios.
El máximo consumo proviene del uso de la calefacción eléctrica, incremento que, evidentemente, se notará sobre todo durante el invierno. En este caso serán necesarios de 12 a 36 kilovatios. |