 |
Frazzetta, contó que el volcán puede destruir cultivos, centros turísticos y pueblos, pero que siempre da tiempo a las personas para alejarse de las zonas de peligro.  |
Protección Civil construye en las últimas horas, en una lucha contra el tiempo y en desigualdad de condiciones, zanjas para desviar el frente de lava del Etna, que no se detiene y tras alcanzar una zona turística de esquí y tragarse varios edificios continúa en su camino hacia el pueblo de Nicolosi. "La situación es dramática", afirmó hoy Salvatore Moschetto, alcalde de Nicolosi, localidad de seis mil habitantes, una de las muchas levantadas en la faldas del volcán y la más amenazada por esta nueva erupción del Etna, "el gigante bueno", como le llaman los sicilianos.
Un día después de que interrumpiese la "tregua" de 48 horas y reanudase de nuevo con intensidad la erupción, el magma superó hoy cinco veces los muros de contención construidos por Protección Civil y el Ejército para intentar desviar la lava y salvar el Refugio Sapienza, centro turístico que alberga un hotel, varios bares, tiendas de recuerdos y una estación del teleférico. La lava, que sale desde ayer desde una boca abierta a 2.700 metros, ya se ha "tragado" varios pilones del teleférico, parte de una estación de remontes de esquí y en las últimas horas una nave en la que se guardaban máquinas quitanieves.
La colada llegó hasta la explanada del refugio, pero pudo ser desviada. Sin embargo, ayer otro frente de lava amenaza la zona turística. Fuentes de protección civil dijeron que está a 150 metros y que preparan terraplenes y muros para intentar desviarla hacia una zona desértica.
El nuevo frente, según las mismas fuentes, es una "serpiente de lava", de cerca de un kilómetro de larga y 15 metros de alta, se desplaza con más rapidez que la lava que sale por otras bocas del volcán y ello dificulta el trabajo.
"Es un trabajo sobrehumano", dijo un miembro de protección civil, que, desesperado, aseguró que es casi imposible luchar con el gigante. Este río de lava corre al lado de otro creado por la que emana de una boca abierta a 2.100 metros de altura y que es la que está ya a cuatro kilómetros de Nicolosi. Esta colada corre con menos rapidez y en las últimas horas está prácticamente detenida, ya que ha llegado a una zona de menos pendiente.
No obstante, ya hay preparado un plan para evacuar el pueblo si la situación empeora. Mañana, en Belpasso, otro pueblo levantado en las faldas del Etna, el arzobispo de Catania, Luigi Bonmarito, presidirá una procesión para pedir el cese de la erupción.
Catania es la segunda ciudad más importante de Sicilia, tiene 350.000 habitantes y también está levantada en las faldas de la montaña.En 1669, cuando se produjo la erupción más violenta del Etna, la lava llegó hasta la población y destruyó parte de la misma. |