CREO SER UN BUEN
CIUDADANO
Sin embargo, no le enseño a mis hijos a defender sus derechos
El viejo y enfermizo concepto del "juega vivo" tiene dolorosas ramificaciones en la cultura del ser panameño. Una de estas consecuencias es la del individualismo retrógrado. El común de los panameños no participa en los movimientos comunitarios en favor de las mayorías. Sólo esta pensando en su comodidad y en satisfacer sus placeres; no se interesa por organizarse para defender su dignidad como persona y como grupo. Ese es el ejemplo que estamos legando a nuestros hijos. Ellos ven unos padres indiferentes, angustiados más bien por la fiesta y por su propio vientre que por el futuro del país. ¡Quo Vadis, Panamá!
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