¿De qué quieren escapar los drogadictos nacidos para triunfar?
El tema de las drogas parece el pan nuestro de cada día y como tal, pareciera que se ha perdido de vista el alcance contaminado para la sociedad.
Los días de violencia que vive la tierra de Panamá ocupan la primera plana de los diarios tabloides que es reproductor de la guerra silenciosa.
MUNDO DE LOS DROGADICTOS
Era la tarde de un jueves. La Iglesia de Don Bosco, en Calidonia, abría sus puertas para acoger a los fieles que asistirían a llenar su cuota de cristianismo.
Afuera, en los alrededores, los vestigios de lo que fue en una ocasión la figura de una mujer de buen ver, se paseaba con la cabeza baja, mirando de reojo a los transeúntes que la rodeaban.
Sus harapientas ropas y olor nauseabundo era un repelente.
"Dame pa' compra'a algo pa' come'e". La voz cavernosa acompañaba un rostro huesudo con los ojos hundidos y el cabello enmarañado. Aparentaba unos cincuenta y tantos años, sin embargo, José, un trabajador en el área, conoce a la mujer y asegura que es tocaya con su hija, que tiene 27 años.
"Iban a la escuela juntas. Un buen día la vimos en unas fachas y cuando menos acordamos, estaba marcada como "La fumona' del edificio".
Ellos vivían en Calidonia. La hija de José se graduó de Profesora y trabaja en una escuela pública.
Y ella, "La fumona", de quien se conoció que tiene como nombre Linda, se quedó atrapada en la nube de su fantasía mortal.
Como "La fumona" hay muchos en este país, así como en Bolivia, Perú, Colombia, Estados Unidos y en el otro lado del meridiano de Greenwich.
En ese terreno movedizo hay muchas familias afectadas de los estratos sociales.
POLOS
Hay dos aspectos: el económico. Los de escasos recursos económicos encuentran en el tráfico un medio de vida de ganancias considerables.
Por otro lado, las guerras por controlar los mercados, los asesinatos que pretenden amedrentar a los enemigos de la droga o a los rivales internos; las continuas violencias y crueldades que resuelven deudas no pagadas, negocios sucios, trampas y lealtades son lazos tejidos por las drogas.
Sin embargo, el psicólogo Abelardo Lambraño explicó que no se aborda mucho el tema de que la drogadicción de tantos jóvenes revela los intestinos de la sociedad, sus valores y todo el complejo mundo de las motivaciones que sustentan una práctica tan esclavizante y tan férreamente establecida.
"¿Por qué tantos jóvenes de familias de cierta posición económica se vuelven consumidores de drogas?", cuestionó. Sostiene que de algo están huyendo, algo están buscando y eso es lo que revela la drogadicción.
Según el especialista en la conducta humana, los drogadictos de los sectores "nacidos para triunfar" son el humo negro de esta hoguera social: un mundo de relaciones humanas vacías de cariño y de calor humano.
Las presiones son también un ángulo que hay que considerar, según Lambraño, quien recomendó no quedarse en el humo de los hechos, sino buscar las causas de ese incendio.
HUIDA QUIMICA
La fuga a través de alcohol, marihuana, cocaína, pegón, piedra y otros parecidos, es una muestra de la desesperación juvenil que no encuentra soluciones en el seno familiar ni a su alrededor, enfatizó Lambraño.