OPINION

REFLEXIONES
Cortesía y atención al público

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Por Carlos Christian Sánchez
Asesor Diplomático

Uno de los graves problemas que afectan a nuestra sociedad, en especial a los sectores comerciales público y privado, es la gran desconsideración y falta de cortesía de muchas personas que laboran en empresas grandes. Hemos recibido muchas denuncias de parte de clientes y ciudadanos que, al acudir a una institución tal, se encuentran con la indiferencia de parte de quienes los atienden, sobre todo las recepcionistas.

No comprendemos cómo empresas de renombre tienen personal no capacitado para atender a las personas, algo que es un alto riesgo dentro del ámbito de los negocios, pues un importante cliente empresarial puede no ser muy bien atendido, por alguna "grosería", y perderse la consolidación de un acuerdo clave para la empresa.

¿Qué decir de las instituciones públicas? Muchas recepcionistas y oficinistas de los ministerios, entidades autónomas y semiautónomas, son las personas más desconsideradas frente a la atención del público. Es una lástima que todo el asunto de nombrar el personal administrativo estriba en el amiguismo, el favoritismo político y el parentesco familiar.

"El Cliente siempre tiene la razón". Esa frase simbólica es un pilar de las relaciones comerciales y personales que muchos han olvidado. Dentro de las empresas privadas, la patanería reina frente a la atención a los reclamos de los clientes. Tal como suceden en determinadas empresas telefónicas, de electricidad o del servicio del cable pagado.

No sólo en los servicios públicos bajo control del Estado ocurren estas irregularidades. También nos encontramos que las mostradoras de ropa, vendedoras y encargadas de departamentos de los grandes almacenes en los centros comerciales, no tienen ni la más mínima idea de la atención a los potenciales clientes.

Disgusta ver la forma de cómo ciertas mostradoras de ropa en un almacén de Calidonia atienden a los clientes. "Pruébese usted allá", dice la joven que atiende la sección de caballeros de ese almacén. Ni los buenos días, sin saludos o las gracias por visitar el local.

Por otro lado, el caso de las recepcionistas es muy sensible en el mismo ámbito de las relaciones laborales internas de una empresa. Las llamadas que vienen de fuera de la compañía o institución se pierden a menudo, no hay celeridad con la comunicación y hasta las diferencias personales afectan el desarrollo de la empresa.

Hay varios culpables en todo este asunto: La educación en la escuela y la pérdida de los valores. Cuando el gobierno de turno eliminó la materia de Civismo en los colegios panameños estatales, hicimos llevar a los adolescentes a la Edad de Piedra. Si los futuros ciudadanos del país no conocen sobre el respeto a los demás, no defienden a la Patria y desconocen los detalles de nuestra historia nacional, entonces Panamá está dirigiéndose hacia el sendero de la ignorancia.

Hay que demostrar la cortesía con el prójimo, pues una buena relación con las demás personas hace un país más abierto y amigable, incluso ahora que buscamos ser una nación turística, además de promotora de los servicios que brinda el comercio internacional.

 

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