Saber inglés, en concreto, es vital para cualquier actividad, sin embargo, son muchos los consumidores que han sido engañados por empresas que prestan este servicio. Arlene Castillo, analista de consumo de la CLICAC, recomendó que antes de elegir un curso de inglés el consumidor debe saber cuáles son las empresas que brindan este servicio, visitar el lugar donde imparten las clases, indagar sobre el costo de la inscripción y las mensualidades a pagar.
Castillo indicó que es importante que el curso sea reconocido y recomendado por otras personas que hayan recibido las clases con anterioridad en ese sitio.
Asegúrense que las empresas, que por medio de la publicidad anuncian ofertas en cuanto a las clases y el material didáctico, cumplan con lo que realmente ofrecen, enfatizó la entrevistada. Cuando firma un contrato con la empresa escogida, debe fijarse en las letras pequeñas, ya que en la mayoría de los contratos de las escuelas de inglés, la letra menuda dice que el costo que la persona pagará sólo incluye el material didáctico y no así las clases. El consumidor precavido solicita al proveedor copia del contrato una vez realizada la transacción. Las facturas son de igual importancia que el contrato, ya que allí se señalan los detalles del artículo adquirido en la transacción comercial. Es importante que conserve el documento que le entregan al hacer una transacción comercial, ya sea factura, recibo, comprobante de pago o tiquete de caja.
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