EDITORIAL
Luz y sombra
Mientras que ayer se debatía
entre la vida y la muerte el gran músico santeño Victorio
Vergara Batista, afectado por un derrame cerebral, a la hora del cierre
de esta edición no habían fructificado las negociaciones que
evitarían la huelga anunciada por el Sindicato Unico de Trabajadores
de la Construcción.
Hoy podríamos despertar con un desenlace fatal por el deterioro
del estado de salud de "El Tigre de La Candelaria" que, según
los galenos, "sólo un milagro podría salvarle la vida".
También es preocupante que no hayan llegado a ningún acuerdo
los del SUNTRACS y los dirigentes de la Cámara Panameña de
la Construcción, por lo que la inminente huelga va a tener efectos
negativos en la economía, independientemente de quién tenga
la razón.
La única nota que nos llena de optimismo es la llegada ayer del
equipo panameño que se coronó Campeón invicto del XXV
Campeonato Latinoamericano de Pequeñas Ligas que tuvo por sede la
República Dominicana. Nos alegra este triunfo del béisbol
de la categoría intermedia, así como el obtenido también
por el béisbol mayor y cuyo elenco parte esta tarde hacia Italia
a competir en el Campeonato Mundial de ese deporte. Saludamos a ambas delegaciones
y les deseamos renovados éxitos en futuras confrontaciones.
Hay luz en el deporte y sombras con lo ocurrido al acordeonista de música
típica popular y a la intransigencia que va a desembocar en una huelga
anunciada y que a nadie beneficia.
Parece que los panameños hemos perdido la capacidad del diálogo.
Hay en los gremios obreros y empresariales una actitud de "todo o nada".
Actúan bajo el prejuicio de que si ceden en un punto, ello va a ser
interpretado como signo de debilidad, por lo que prefieren mantener una
posición que a veces no es la más adecuada, pero por orgullo
la mantienen.
Nos acongoja el difícil momento que pasan los familiares de Victorio
Vergara Batista, afectado cuando se hallaba en el cenit de su fama. También
nos causa pesar que la tozudez enfrente a los trabajadores y empresarios,
cuando una armónica colaboración entre ambos debiera ser la
característica. Pero en esta vorágine nadie puede ni quiere
vivir en paz ni decretar una tregua política, porque vamos al despeñadero,
aunque mañana tengamos que lamentar las consecuencias de la poca
prudencia de nuestras decisiones.
La suerte parece estar echada y viene una guerra de resistencia o de
desgaste entre el SUNTRACS y la CAPAC. Todo esto, con la canasta básica
familiar y los medicamentos por las nubes; no duden que habrá especulaciones
y este suceso sea aprovechado políticamente para pescar en río
revuelto donde siempre, por antonomasia, el gran perdedor es el pueblo humilde.


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