A ORILLAS DEL RIO LA VILLA
Palabras (II)
Santos Herrera
El ordeñador de oficio
no necesita reloj y mucho menos despertador para levantarse a la hora exacta,
ya que él madruga con el canto de los gallos, que en sus vigilias
nocturnas tienen diferentes torrentes para determinada hora. Se necesita
un temple de hombre probado para ser ordeñador. Su trabajo le exige
renunciar a las mejores horas de sueño reparador. Las tormentas de
agosto, los lloriqueos de octubre, ni las silampas de enero, jamás
logran amainar su voluntad. Todos los días del año llega al
corral por caminos de agua y lodazales, cortando las lluvias y los vientos.
Por la naturaleza de su trabajo los ordeñadores tienen fuertes y
callosas manos. Por eso cuando la ofrecen a un amigo, lo hacen con tanta
sinceridad, que en ese apretón entregan la bondad de su corazón
y una amistad permanente. Así eran Benito Saavedra Corro, Elías
Delgado Tello y Pablo López, a quienes hoy evocamos con admiración
y respeto.
Ahora de una manera suscinta, veamos como está la ganadería
lechera en el presente. Desde 1945, cuando ganamos un concurso lechero,
para sorpresa de todos los chiricanos, en la ciudad de David, se iniciaron
a dar los primeros pasos para ir mejorando la producción lechera
y con la celebración de los nueve concursos de ganado lechero que
se han celebrado en este pueblo, podemos decir que muchas cosas han cambiado
en tan importante actividad. Como hoy es cosa aceptada, de que el 90 por
ciento de la transmisión genética y de la calidad lechera
depende del toro, los ganaderos fueron adquiriendo finos toros para ir mejorando
la raza y que adquirieron de fincas chiricanas cuando aún eran terneros
y que criaban con mamadera. Más tarde aplicaron la inseminación
artificial con muy buenos resultados, ya que lograron desarrollar excelentes
toros que sirven de sementales puros de la raza pardo suizo y holstein.
El deficiente pastoreo natural que permite la pérdida de bastante
pasto por pisoteo, empieza ahora a ser reemplazado por la división
de la finca en mangas, utilizándose el moderno sistema de cercas
eléctricas.
Si hacemos un análisis comparativo de las transformaciones impuestas
en la actividad lechera por una buena cantidad de ganaderos del área,
podemos señalar que antes se requería una hectárea
para cada vaca, mientras que ahora, con los nuevos métodos, en una
hectárea se pueden mantener 10 vacas. Y que si antes 10 vacas daban
un garrafón de leche, con estos innovadores sistemas, hoy se logra
llenar ese mismo garrafón, con sólo 3 vacas. Por supuesto,
que todos estos cambios benefician económicamente al productor, porque
mejorando la calidad de leche a grado A y B, recibe mejores precios.
Y para terminar es bueno que nos preguntemos, ¿qué nos
depara el futuro? El nuevo milenio que empieza dentro de 17 meses, nos exige
a todos que debemos cambiar. Que, para que el negocio de la leche sea rentable
es necesario aplicar los avances que la tecnología nos brinda en
la producción y reproducción lechera.

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AYER GRAFICO |
Victorio Vergara, el Tigre de La Candelaria, actuando en el Jardín
Orgullo de Azuero. |


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