Vi esa mañana al famoso Cholito Mesero del café de Santana muy ocupado. Estaba en un rincón del viejo restaurante remodelado, escribiendo con afán. Curioso le pregunté lo que hacía. Mordiendo el lápiz señaló que "estaba colaborando al éxito del nuevo Gobierno de Martinelli".
Esto despertó más mi curiosidad. ¿De qué manera podría ese bellaco mesero ayudar al Gobierno del cambio", pensé.
Como si fuera adivino, el Cholito aclaró el asunto: "Es que estoy haciendo una ley que solucionará los problemas que hay con los menores maleantes", dijo muy serio.
"Otra de las locuras de este mesero que se cree lo mejor", pensé.
"Mire periodista, se llamaría "Ley Correa" y pondría a los padres en el lugar de respeto que tenían antes con sus hijos.
Ahora la curiosidad se dirigió hacia qué pensaba sobre este delicado tema ese personaje popular, con una educación primaria solamente.
"El asunto es bastante sencillo. Con esta ley se volverá a permitir que los padres de familia usen la correa, cuando sus hijos no obedezcan o cometan barbaridades", señaló el falso diputado.
Sin dejarme hablar continuó el mesero santanero:
"También los padres podrán usar otros métodos de educación, como el "cafá", o sea golpes y bofetadas en la cabeza a los niños descarriados.
Le dije al Cholito que esa sería una actitud bárbara, un castigo que ahora prohíben las leyes de la niñez.
"Sí, sí, por eso es que ahora la juventud está perdida, llena de chicos maleantes y asesinos", indicó el Mesero.
Y fue aclarando la ley que salvaría a Panamá de seguir con tantos menores delincuentes.
"Esta ley es muy detallada. Por ejemplo, la correa debe ser de cuero, no hay que mojarla, y su ancho no debe pasar de pulgada y media", dice uno de los artículos.
"Otro señala que "los lugares donde hay que darle el correazo son las piernas, asentaderas y los brazos. Nada de pegarle en la cabeza o la espalda", indicó el Cholito.
Confieso que tuve que morderme los labios para no reírme de la ocurrencia del mesero. Sin parar, siguió mencionando detalles de la nueva ley.
"También prohíbe que se pegue con la hebilla o que le pongan tachuelas a la correa", afirmó.
"Y si usted no cree que esta ley es buena, señor periodista, le pregunto: ¿A usted no lo educaron así? Y eso hizo que cuando adulto fuera alguien responsable y serio?".
Me quedé callado...