Hay veces que la gente no se atreve a interactuar con sus jefes, amigos, hermanos, padres, suegros, cuñados, maestros, policías, vecinos y muchas personas más. La razón es que esta gente no sonríe. Es como dirían en el barrio: "Tienen cara de puñete".
Estar amargados todo el tiempo en casa o en el trabajo no ayuda para nada a evitar que nos ataque el estrés. Para acabar con esa vaina que nos pone mal y no sabemos por qué, los expertos recomiendan una dosis de risoterapia; es decir, la risa como antídoto a su mal.
Puede que no la pueda practicar en su trabajo, pero lo puede hacer en sus horas de descanso, en la comida, y si en su trabajo se presta, qué bien. También recomiendo que la practique en alguna reunión de amigos o familiar. Ría a carcajadas, eso es la risoterapia. Usted debe reír de verdad y con singular entusiasmo, hasta que le duela el ombligo o las quijadas, lo que ocurra primero.
Se dice que para que la risa tenga lugar se deben mover todos los músculos que tenemos en la cara, pues es así como usted siente esa sensación de alegría y felicidad. Si le da por doblarse de la risa, es mucho mejor porque así también está trabajando la cintura, la espalda y hasta las rodillas, por lo que hasta como ejercicio es bueno, si es que usted es una persona sedentaria entonces tiene mucho que ganar cuando esté dispuesto a reírse como nunca en la vida se había reído.
Estimado lector, si en su trabajo lo vacilan o lo joden, no se enoje. Sonríale al jodedor y espere el momento para joderlo después con un vacilón que todos sus compañeros se orinarán de la risa.
Estas personas que no sonríen dan la sensación de estar sentados sobre un inodoro con ganas de hacer pupú, con dolores y que no sale nada de aquello. Si no quiere que lo vean así, cambie el semblante y dibuje una carita feliz en su vida para evitar el estrés y las enfermedades.