Es lastimoso que aún los dirigentes de la natación nacional se niegan a aceptar la autenticidad de la marca olímpica de Ismael Ortiz, y en vez de apoyar al atleta, se esmeran por hacerle daño a nivel internacional, sin justificación alguna.
Molesta ver la forma deleznable como el señor Roger Moscote, presidente de la Federación Panameña de Natación (FPN), ha mantenido su empeño obstinado por poner en duda tanto el tiempo como la reputación de Ortiz.
Tres jueces de la Federación Internacional de Natación (FINA), además de la Federación Chilena de Deportes Acuáticos (FECHIDA), han dado fe de la validez del tiempo del atleta panameño. Al no tener argumentos, Moscote, a través de Mariana López, ha querido, sin éxito, envilecer la imagen del tritón, llamándolo indisciplinado, algo que no han podido demostrar.
De Moscote y López, una doctora de la CSS que ejerce la función de tesorera en la FPN, yo esperaba agresiones verbales contra el atleta. Pero jamás pensé escuchar al entrenador Albino Díaz hablar mal sobre Ortiz, como lo hizo ayer en TVN Canal 2. Me dio tristeza, porque han hecho la peor acción que se les podía ocurrir: agarrar al atleta Edgar Crespo, a quien estimo por ser un buen nadador, y exponerlo ante la opinión pública en un canal de televisión.
No sé qué más bajo podrán llegar los federados y sus aliados. Utilizar al joven Crespo para tratar de justificar lo injustificable, es un hecho que no merece otro calificativo que de infame. En vez de ser los federados los que den la cara y respondan por el lío que han provocado, tienen que ser los atletas los que salgan a la palestra pública a exhibirse.
Ojalá que los padres de los pocos nadadores que quedan reflexionen, y vean la clase de federación que tienen. Hoy es Ortiz, mañana sus hijos.