"¡Por favor, no me pegues más!", fueron las últimas palabras de Evelia Carrera Pimental antes de perder el conocimiento y caer en una muerte cerebral y finalmente fallecer ayer, lunes, en el Hospital Santo Tomás.
Y es que esa joven mujer indígena Ngobe Buglé, de 19 años, se convirtió en la más reciente víctima de violencia intrafamiliar que ha costado la vida a decenas de personas en los últimos años.
MUJER MALTRATADA
Evelia salió desde hace algunos años desde su natal Tolé, en el oriente chiricano, hacia la ciudad capital, en busca de un mejor futuro en la gran metropoli.
Como la mayoría de sus paisanos, llegó casi con nada a la urbe metropolitana, donde convivió en casa de algunos familiares.
Hace tres años, cuando contaba con 16 años, Evelia creyó haber conocido al hombre de su vida, un sujeto llamado Erick Pita, oriundo del norte de Veraguas.
Con Pita decidió unirse y convivir en una humilde vivienda en Los Altos de San Martín, lugar conocido popularmente como El Cucuy, en Cerro Batea, distrito de San Miguelito.
DOMINGO SINIESTRO
El domingo era el día libre de Evelia, quien trabajaba como doméstica en el área de Villa Zaíta.
Su tiempo de asueto lo dedicaba a los que haceres del hogar y a atender a su esposo, pero al parecer eso no era suficiente para Pita, quien la estaba celando constantemente.
Aproximadamente a la 1:00 de la tarde del domingo 12 comenzó una fuerte discusión entre la pareja; de eso fue testigo Marina Jiménez, cuñada de Evelia.
"Al salir de la casa para lavar una ropa, la discusión se había calmado", creyó Marina, pero lamentablemente no fue así.
La crisis aumentó de intensidad, porque Pita no sólo le gritaba a Evelia, sino también le pegaba, lo que la obligó a huir, pero ella no logró ir muy lejos, porque una piedra que le lanzó el hombre la alcanzó en la pierna.
El hombre literalmente arrastró a la mujer por la vereda e ingresó con ella a la casa donde la siguió 'moliendo' a golpes con el puño cerrado y dándole con su propia cabeza.
IMPOTENCIA
Una vecina alarmada por los gritos de la mujer hizo un llamado urgente a la Policía, los que llegaron en menos de 15 minutos, pero ya era demasiado tarde.
Sentado en la cama, con el cuerpo de Evelia en las piernas, estaba Erick Pita, el que aseguraba no haberle hecho nada a su concubina, pues él la encontró tirada en el suelo.
Casi al borde del llanto, la vecina que llamó a la policía se lamentó por no haber podido haber hecho nada más por Evelia, porque según dijo, el hombre estaba supuestamente atrincherado con un cuchillo con el que tenía amenazado a su propio hermano y a un sobrino de la víctima para que no intervinieran.
SILENCIO DE INOCENTES
El caso de Evelia es la continuación de una serie de hechos de violencia doméstica que terminan en homicidio.
Según expertos, esos casos llegan a hechos extremos debido a que las víctimas no buscan ayuda y prefieren guardar silencio, esperando equivocadamente que las cosas cambien.
Lamentablemente Evelia pudo ser una de esas víctimas que nunca pensó que ese domingo negro moriría de forma tan salvaje a manos de un ser que alguna vez dijo amarla.
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