"La última pelea" de Hilario Zapata contra las drogas
El excampeón de boxeo, Hilario Zapata lucha contra el flagelo de las drogas en Hogares Crea, ubicado en Cermeño, distrito de Capira.
Yodalis Bethancourt
Panamá Oeste / EPASA
Tras casi cuatro meses de tratamiento de reeducación en Hogares CREA de Cermeño en Capira, muchos han sido los avances que ha experimentado el exboxeador Hilario Zapata, quien ahora se da cuenta que los cuatro tratamientos anteriores en los que participó eran buenos, pero él fue el que falló. Ahora Zapata es un hombre que ha sufrido cambios que van desde su forma de ver la vida hasta su anatomía física, que se refleja en su vientre abultado debido al aumento de peso, con unas 152 libras que tiene actualmente. Zapata sonriente, comenta que lo que pasa es que cuando un adicto llega a CREA, lo hace con el estómago "pega'o al espinazo", pero allí se come muy bien y en el caso particular de él, fueron las "requinta" lo que lo hizo engordar de esa manera. Dice que el peso que tiene ahora, en el rango del boxeo, equivaldría a un "Junior Walter", que fue la categoría que llegó a tener el "Cholo" Roberto Durán, pero piensa que al concluir el tratamiento podría estar pesando unas 190 libras. Uno de los momentos difíciles que ha confrontado Zapata en su período de tratamiento, es la muerte reciente de su querida madre, aunque le queda la tranquilidad de pensar que ella se fue de esta vida con la felicidad de ver a su hijo bastante mejorado de los estragos que le había causado la droga. Ahora se pregunta qué hubiera sido de Hilario Zapata si en el momento en que ocurrió la muerte de su madre, hubiera estado en el mundo de las drogas. Sin embargo, el apoyo que le dispensaron sus compañeros del hogar, le permitieron sobreponerse de ese duro golpe, poniendo ahora mucho más empeño en las metas que se ha trazado llevar a cabo en su nueva vida. Dentro de la nueva faceta de Hilario, está el fútbol, que practica junto a sus compañeros en una liga de CREA, donde ahora ocupa la posición de portero, ya que no le agradaba para nada la de delantero, porque le daban mucha "sopita, poniéndolo a correr de un lado para otro sin tocar el balón". En el plano profesional, confesó que aunque le encanta el boxeo, ya no peleará más porque ya no es el mismo de antes, ni tampoco tendría la disposición de someterse a la disciplina que exige este deporte y sobre todo porque su familia no desea que vuelva a boxear. Existe por otro lado, una propuesta de los esposos Gago, que son los padrinos de Hilario dentro de Hogares CREA, los cuales le han prometido, que en el momento en que se reeduque lo ayudarán para que ponga su escuela de boxeo. Esta escuela de boxeo, que Zapata está dispuesto a montar, tendría un beneficio directo para Hogares CREA, ya que toda la vida se le agradecerá de la ayuda que le han dado. Sostiene que aunque está consciente de que alcanzar las nuevas metas que se ha impuesto no será nada fácil, también tiene el propósito de volver al hogar junto a su esposa, ya que cuando llegó al tratamiento estaba solo, pero siempre contó con el apoyo de su compañera y del resto de la familia. Quiere construir su casa en La Chorrera, lugar donde residía su madre, para iniciar una nueva vida al lado de su esposa e hijos. Estos también sueñan con su pronto retorno a casa, así lo demuestra la cartita que el hijo más pequeño de Zapata le entregó el Día del Padre, en la que le dice: "Papá aléjate del mal camino y vuelve pronto a casa por favor". Para el exboxeador, es una gran satisfacción la que experimenta ahora al salir a las calles a vender bolsas, como parte de las actividades para recaudar fondos que realiza Hogares CREA y la gente se le acerca para felicitarlo y exhortarlo a que siga por ese camino. A los jóvenes que se inician en la disciplina del boxeo, les aconseja que se vean en el ejemplo de su compañero Alfredo Layne y a la mala vida que a él (Zapata), le ha tocado experimentar, que se mantengan alejados de las drogas y de las personas que la consumen, "porque el deporte es bello siempre". Asegura Zapata que él no le tiene miedo a la droga, sino mucho respeto, porque está convencido de que cuantas veces se pare a pelear en su contra, vuelve a caer, por lo que no le queda otro remedio que mantenerse alejado de ella.
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Asegura Zapata que él no le tiene miedo a la droga, sino mucho respeto, porque está convencido de que cuantas veces se pare a pelear en su contra, vuelve a caer, por lo que no le queda otro remedio que mantenerse alejado de ella.
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