CUARTILLAS
Ingenios
Milciades A. Ortiz Jr.
De una publicación en
español del extranjero, logré un recorte de un informe financiero
sobre la situación del azúcar en Latinoamérica. Con
cifras y estadísticas, indicaba que países del Caribe estaban
invirtiendo decenas de millones de dólares en construir ingenios
azucareros, para aprovechar que Cuba había dejado de vender azúcar
a Estados Unidos por su pelea con el antiguo aliado, debido al nuevo gobierno
de Fidel Castro.
Indicaba el artículo que con la construcción de por lo
menos cinco grandes ingenios en el Caribe, estaría satisfecha la
demanda de azúcar en los próximos años en la región,
especialmente en el mercado de Estados Unidos. También sentaba que
los precios no subirían mucho, debido precisamente a la competencia
entre varios países caribeños por vender azúcar barata
a Norteamérica.
Yo estaba perplejo como panameño y periodista con ese material.
En Panamá desde semanas atrás existía una campaña
de propaganda, a favor de la construcción de Ingenios por parte del
llamado "gobierno revolucionario" de los militares golpistas del
'68.
Aquí se sostenía que el azúcar subiría de
precio por lo menos en los próximos diez años, y que había
escasez del producto en el mercado mundial. O sea, en palabras sencillas,
que Panamá haría el tremendo negocio de su vida si construía
los Ingenios azucareros.
Se enfatizaba mucho en los beneficios sociales que traerían estas
obras, pues miles de familias campesinas pobres podrían emplearse
en las faenas de siembra y cosecha de caña, producción de
azúcar, corte de las plantas y otras actividades.
Recuerdo que se dijo que hacer un Ingenio en Veraguas no era lo más
acertado desde el punto de vista técnico, pero sí dentro de
la realidad social de centenares de familias pobres que habitaban en la
región. También se mencionaban Ingenios en Chiriquí,
Coclé y hasta en Chepo, donde incluso técnicos cubanos dudaban
de la efectividad del suelo para cultivar caña.
Por supuesto que hice un artículo profundo señalando lo
peligroso que era invertir millones en Ingenios azucareros, cuando en el
Caribe ya estaban a punto de producir obras similares, mucho más
grandes y en mejores suelos. Resalté los informes de que el azúcar
no aumentaría mucho con los años, pues aparte de la gran producción,
la tendencia del mercado norteamericano era la de consumir productos artificiales
azucarados.
Pero el artículo salió en un pequeño periódico
independiente, que malamente circulaban mil ejemplares entre intelectuales
y universitarios. Es lógico que su efecto no fuera notable ante estas
limitaciones, y claro está que en el gobierno, si alguien se enteró
de sus planteamientos, no le hizo caso. Era enorme la euforia del "proceso
revolucionario" por encontrar soluciones que acabaran con el desempleo
en el país. (Y que pusieran fin también al monopolio azucarero
de dos o tres familias poderosas panameñas).
Nadie puede negar los esfuerzos que hizo el "proceso" por mejorar
condiciones de vida de pobres, quienes eran su fuerza de apoyo cuando los
necesitaban en marchas y mítines. Pero sí es criticable la
realización de proyectos demagógicos, que los expertos sabían
no eran los mejores para desarrollar a Panamá.
Los Ingenios y otros proyectos descabellados, dejaron una deuda de miles
de millones, que todavía todos los panameños estamos pagando.
El anuncio de la próxima privatización de esos Ingenios del
gobierno, es indicio de que al fin se decidieron a aceptar el fracaso de
esta aventura económica.
Un país no se desarrolla tomando medidas demagógicas, tendientes
a conseguir un apoyo popular manipulado. Hay que ser serios en estas decisiones,
sobre todo cuando implican préstamos de millones de dólares.
Ojalá los actuales gobernantes hayan aprendido la lección!
De lo contario, volveremos a endeudarnos y la "historia se repetirá
en espiral", como dicen por allí.

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