EDITORIAL
Otra huelga más y todavía no aprendemos la lección
El SUNTRACS anuncia que
a partir del próximo 20 de julio decretará una huelga al no
llegar a acuerdos en las negociaciones que mantiene con la Cámara
Panameña de la Construcción.
Lo anterior, indica los momentos de zozobra que se avecinan y, por ende,
el deterioro de la endeble economía del país. Todavía
no se han sanado las cicatrices sociales de la huelga de las bananeras cuando
ya se anuncia la turbulencia de un nuevo movimiento huelguístico
que no le hace ningún bien al país.
Evidentemente, no hemos aprendido las lecciones o no hemos querido mirar
en el espejo de las bananeras, y ya estamos incubando paros y huelgas que
no sólo deterioran la imagen internacional del país, sino
que ahuyentan a potenciales inversionistas.
Independientemente de quien tenga la razón entre la CAPAC y el
SUNTRACS, el que pierde con esta huelga es el país. Aunque faltan
diez días para el inicio de la huelga, muchas cosas pueden hacer
variar esta decisión de la dirigencia de los trabajadores de la construcción
que, reiteramos, a nadie beneficia. Ni siquiera a los empresarios que, insólitamente,
han aceptado el desafío influidos quizás por el gobierno que
ha proclamado que está preparado y con la fortaleza de la ley (?)
para aceptar el reto de los obreros.
La confrontación está, pues, planteada. Como siempre, hay
obcecación de ambas partes y cualquier intento de ceder en las negociaciones
es interpretado como signo de debilidad, por lo que la actitud natural es
mantener sus puntos de vista, errados o no, pero fijar una posición
hasta las últimas consecuencias.
Pareciera que nadie quiere este país. Ni autoridades ni trabajadores
porque irreflexivamente adoptan actitudes como "mueran Sansón
y los filisteos", sin importarles el daño que causen, el que
muchas veces es irreparable. El SUNTRACS ha advertido al presidente Pérez
Balladares que él no manda en el gremio y que no aceptarán
ningún arbitraje, mientras la CAPAC arguye que no hay propuestas
que satisfagan a los trabajadores que iniciarán una huelga el lunes
20 de julio, a las siete de la mañana y que pretenden defender sus
conquistas.
Aunque CAPAC y SUNTRACS lo nieguen, esta es una medición de fuerzas.
Cuidado que la tozudez los lleva a propiciar que le rompan la columna vertebral
no sólo al SUNTRACS sino a todo el movimiento sindical, objetivo
añorado de los organismos financieros internacionales. La acumulación
y el número de huelgas puede desembocar hacia esa meta.
Recomendamos prudencia. Reflexión. Ecuanimidad. Que ambos grupos
piensen en el país antes que en ellos mismos. De lo contrario, vaticinamos
el colapso económico de cuya responsabilidad nadie saldrá
ileso.


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